Narraciones jurídicas
| Autor | Neil MacCormick |
| Páginas | 359-392 |
– 11 –
Narraciones jurídicas
INTRODUCCIÓN
Este capítulo se ocupa de algunas de las cuestiones que surgen con
el ‘problema de la demostración’. La cuestión que se considera
principalmente es la de cómo es posible establecer explicaciones
verdaderas o al menos aceptables de sucesos pasados. Aparte de los
detalles especializados del Derecho de la prueba, esta es una cuestión
de una importancia fundamental para la aplicación del Derecho en
casos individuales. En gran medida implica reclamaciones o acusacio-
nes basadas en acciones que se han hecho y sucesos que han ocurrido.
Cualquier decisión justificable sobre tales reclamaciones y acusaciones
tiene que incluir una manera satisfactoria de confirmar o desmentir
las alegaciones de hecho que respaldan la reclamación o constituyen
la acusación. El argumento aquí será que cierta concepción de la co-
herencia es esencial para el proceso de demostración de lo que se ha
hecho o ha ocurrido, esto es, la ‘coherencia narrativa’. Es comparable
de algún modo, pero no es igual, al tipo de ‘coherencia normativa’
que es pertinente para justificar las decisiones sobre cuestiones de
Derecho más que de hecho. Depende, entre otras cosas, de una visión
sobre el carácter temporal de toda actividad humana. Por lo tanto
también lleva a considerar (en la parte final del presente capítulo)
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hasta qué punto la coherencia normativa tiene también un carácter
esencialmente temporal semejante al de las narraciones.
1. EL TIEMPO Y LAS ACTIVIDADES
Este texto que usted, lector, está leyendo ahora, fue escrito por mí,
su autor, hace un tiempo. El ‘ahora’ de mi actividad de escribir mien-
tras escribo esto se convertirá en un ‘entonces’ para usted cuando lo
lea: ‘Fue entonces, en noviembre de 2004, cuando MacCormick rees-
cribió este capítulo sobre las narraciones jurídicas, usando material
que se originó en una comunicación que presentó en un coloquio el
29 de mayo de 1994 en Sandbjerg, Dinamarca.’ Ahora (en noviembre)
que lo escribo, vuelvo a las palabras que dije entonces. Cuando hablé
en el coloquio, hablé con un ‘ahora’ diferente, diciendo:
¿Qué estoy haciendo ahora? Estoy emitiendo esta oración; presentan-
do esta charla; participando en este coloquio. ‘Ahora’ es un indéxico,
pero ambiguo, pues señala alguno de estos tres: el ‘ahora’ de este
preciso instante; el ‘ahora’ de este proyecto personal en curso —mi
presentación de una charla de unos cuarenta minutos—; el ‘ahora’
de nuestro proyecto común —celebrar un coloquio juntos aquí en
Sandbjerg, que empieza el viernes 27 de mayo y continúa hasta el
lunes 30 de mayo—. En el flujo del tiempo, ‘ahora’ señala una línea
en continuo movimiento entre el pasado que es (como sostiene Åke
Frändberg407) fijo e inalterable y el futuro que está abierto y aún
por determinar. Pero la línea puede ser más ancha o más estrecha.
Puede ser una línea euclidiana, sin grosor, como en el ‘ahora’ de
este preciso instante; o puede ser una línea trazada con un pincel
más ancho, como en el ‘ahora’ de una charla extensa, el ‘ahora’ de
un coloquio de tres días. Todas estas son diferentes versiones de un
‘presente especioso’, el que sea el momento presente para nosotros
o para mí y para nuestros propósitos o para los míos.
Podemos preguntar cómo puede ser que este presente especioso
sea de rango variable, una línea más ancha o más estrecha entre el
pasado y el futuro. La respuesta a esto reside en la idea misma de
407 Véase Åke F ‘Retroactivity, Simulactivity, Infraactivity’ en J. B y
M. B (eds), Time, Law, and Society (Archiv für Rechts- und Sozialphilosopbie,
Beiheft 64) 55-72.
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acción como expresión de la razón práctica. Nuestra capacidad de
hacer algo, a diferencia de simplemente existir como parte de un
proceso continuo e indiferenciado, depende de que veamos que los
actos particulares forman parte de actividades o proyectos mayores.
Decir una palabra con significado es decirla en una oración que se
emite. Pero la oración que se emite también necesita un contexto,
por ejemplo el contexto de la totalidad de una charla, o de una con-
versación o una divagación. Poner la alarma por la noche supone
concebir un despertar temprano mañana; el despertar temprano es
para estar seguro de tomar el avión, y eso es para llegar al coloquio, y
eso es parte de toda una forma de vida como estudioso y académico
profesional. Solo es posible hacer algo como agente consciente cuando
la consciencia del agente puede dirigirse a una actividad presente o
continuada en el presente. Los actos particulares forman parte de
esta actividad continuada no, o no solo, como medios presentes para
fines futuros, sino también como partes presentes de un proyecto o
una actividad mayor ya presente.
La consciencia del instante ‘ahora’ tiene que estar basada lógi-
camente en una consciencia de un presente especioso más amplio.
El ‘ahora’ de cada instante está necesariamente inmerso en el ‘ahora’
de un proyecto mayor. Como mostró Kant, nuestra mente debe ser
capaz de, aunque sea momentáneamente, comprender cualquier mo-
mento particular como uno de una serie de momentos en el tiempo,
y debe ser capaz de mantener a la vista la serie completa mientras
presta atención a cada uno de los miembros a medida que ocurren408.
Cuando el reloj está ‘marcando ahora las doce’ no existe un momento
instantáneo en el que eso ocurre, pero todos hemos oído un reloj
marcando las doce. En el caso de nuestra propia actividad, la serie se
desarrolla tal como la concebimos y hacemos que se desarrolle. Una
de las cosas tristes sobre el deterioro mental que se observa en las
personas que desarrollan demencia es que dejan de ser capaces de
mantener a la vista una oración completa a medida que emiten cada
una de sus palabras, y por tanto sus emisiones carecen de forma y de
significado a medida que les siguen la pista de manera ininteligible.
408 Véase W. D. L, Law and the Moral Order (Aberdeen: Aberdeen University
Press, 1981) cap. 5, sobre causalidad y teleología.
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