Sobre 'eclecticismo'

AutorCarlos Vaz Ferreira
Páginas263-287
Sobre “eclecticismo”
Es interesante que la manera de pensar peor que existe se con-
funda tan fácilmente con la manera de pensar mejor; que la manera
de pensar indirecta, que parte de lo ya pensado, se confunda con
la manera de pensar directa, que sin duda podrá venir a confirmar
en parte lo ya pensado, y en su caso aprovecharlo, pero es ya cosa
diferente y en verdad opuesta. Supongamos que varios pintores han
pintado un mismo paisaje. Uno ha pintado mejor el sol, otro mejor
los árboles, otro mejor el agua. Que un pintor pueda aprovechar de
los aciertos y de las equivocaciones de esos cuadros, para empezar a
pintar otro, es una cosa. Otra muy distinta y absurda sería componer
un cuadro pegando los pedazos que parezcan bien pintados con objeto
de encontrar así un cuadro bueno.
El verdadero pensamiento, el legítimo, que no tiene nada que
ver con el eclecticismo pero superficialmente se confunde con él,
consiste en pensar directamente, de nuevo y siempre de la realidad
(aunque aprovechando en lo que corresponda la experiencia de los
aciertos y equivocaciones de lo ya pensado).
Con lo anterior tiene que ver lo siguiente:
Se ha propuesto muchas veces como el modo de pensar más
acertado el de huir de los extremos, buscar los términos medios, las
soluciones de compromiso.
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carlos Vaz Ferreira
Recuerdo que Maeterlink sostiene, al contrario, que lo que hay
que hacer es extremar las teorías; y, en los casos que él elige, que son
especiales, parece tener razón. Los hombres —nos dice— muchas
veces no han llevado hasta el extremo sus ideales o sus experiencias,
y se han equivocado por eso. Nos recuerda el caso de tal escritor,
sensato, razonable, que hace algunos siglos, proponía el ideal de que
se persiguiese menos, que se quemasen menos herejes. Los mejores
hombres no se atrevían entonces a llevar hasta el extremo esas teo-
rías; y hubieran acertado precisamente extremándolas: lo que a aquel
escritor no se le había ocurrido era que no había que quemar pocos,
sino no quemar a ninguno.
En realidad no cabe discutir entre una y otra teoría, porque, como
métodos lógicos, las dos son equivocadas. Una y otra son modalida-
des de ese modo de pensar vicioso que consiste en pensar a base de
lo pensado; en pensar estableciendo relaciones de teorías. Hay que
pensar directamente; buscar lo verdadero y lo bueno.
Pero hay un aspecto más profundo, y es que en la realidad, en
los hechos, no existen extremos ni términos medios. Estas expresiones
tienen sentido cuando se refieren a las teorías, a las doctrinas, a las
formulaciones. En cuanto a la realidad, es como es, y el futuro será
como será, y hay que describir la primera, prever el segundo, y en su
caso desearlo, directamente: lo más adecuadamente posible, con los
inconvenientes forzosos de la insuficiencia de las formulaciones y de
la insuficiencia misma del espíritu humano.
PARA BUSCAR LA VERDAD
Para buscar la verdad, unos, lo más, recomiendan ponerse entre
las tesis contrarias, buscando entre ellas un “justo medio”. Y alguien
recomienda lo opuesto: tomar de las dos teorías la más verdadera, y
extremarla todavía, hasta hacerla coincidir del todo con la verdad.
Falso todo eso: La verdad se ha de buscar directamente, y con
independencia de las teorías; y, en cuanto a su relación con éstas,
pueden ocurrir tres casos:
A veces, queda entre dos tesis ya sostenidas; otras veces (cuando
no coincide con alguna de ellas), puede ocurrir que extreme alguna;
y otras veces todavía, y es el caso más interesante y el que quedaba
afuera, otras veces todavía resulta que no había sido formulada.

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