El caso «Watergate»: la renuncia del Presidente

AutorOmar Cairo Roldán
Cargo del AutorProfesor de Derecho Constitucional de la Pontifica Universidad Católica del Perú
Páginas151-162

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Desde 1776, cuando los Estados Unidos de Norteamérica declararon su independencia de la Corona Británica, hasta 1974, ninguno de los presidentes estadounidenses había renunciado voluntariamente a su cargo ni había sido destituido por el Congreso. Cuando, recientemente, el Presidente William Clinton empezó a enfrentar la posibilidad de un juicio político, dirigido a removerlo de su cargo, vinieron a la memoria los hechos -conocidos como «el caso Watergate», que provocaron, en 1974, la renuncia del entonces Presidente reelecto Richard M. Nixon. A continuación, recordaremos este caso y revisaremos, brevemente, el funcionamiento del impeachment (juicio político), una institución también regulada -aunque con características propias- por la Constitución peruana actualmente en vigencia. Page 152

I El contexto político

Richard M. Nixon había sido senador y luego dos veces vice-presidente de los Estados Unidos, durante los gobiernos de Dwight Eisenhower: (1952-1956) y (1956-1960). Cuando finalizó el segundo mandato de Eisenhower, Nixon postuló a la Presidencia, por el Partido Republicano, enfrentando al senador John F. Kennedy, candidato del Partido Demócrata. El resultado de esta elección fue favorable a Kennedy por un estrecho margen de votos, sin embargo, muchos creyeron que ese resultado electoral ponía fin a la carrera política de Richard Nixon.

Esta previsión adquirió mayor intensidad dos años después (1962), cuando Nixon postuló a la gobernación de California -su estado natal- y fue derrotado por Pat Brown, quien era el gobernador en ejercicio. El mismo Nixon pareció confirmar su apartamiento total del escenario político cuando, luego de conocer el resultado, declaró a los periodistas reunidos frente a él en un hotel de Los Ángeles: «Ahora, caballeros, les dejo para que escriban sobre esto... Pero al despedirme quiero que sepan que se pierden algo para siempre: Nixon ya no molestará más por aquí, caballeros, porque ésta es su última rueda de prensa1.

Sin embargo, la realidad fue distinta. En 1963, el asesinato de John F. Kennedy provocó que asumiera la Presidencia Lyndon B. Johnson. Page 153 En 1964, Johnson obtuvo una previsible victoria enfrentando al candidato presidencial republicano Barry Goldwater. Y fue al final del segundo gobierno de Johnson, cuando Norteamérica encontró de regreso a Richard Nixon. En 1968, Nixon alcanzó la Presidencia venciendo, por no muy amplio margen, al demócrata Hubert Humphrey.

Desde los gobiernos de Franklin D. Roosevelt (1933 hasta 1945), hasta el gobierno de Lyndon B. Johnson, se había producido un incremento sustancial del poder de los hombres que al interior de la Casa Blanca, como consejeros del Presidente, asumían tareas importantes en el gobierno relegando muchas veces a un segundo plano a los miembros oficiales del Gabinete, es decir a los Secretarios de Despacho. Un artículo del New York Times, publicado después del triunfo de Nixon, prometía que el nuevo gobierno transformaría esta situación existente:

Richard Nixon no se propone permitir que el personal privado de la Casa Blanca domine los cometidos o controle la dirección de los grandes departamentos o reparticiones del gobierno. Consciente del peligro constituido por la eventual formación de un imperio dentro del recinto donde actúa el pequeño grupo de colaboradores inmediatos, se propone en cambio reorganizar la Casa Blanca a modo de estimular y facilitar la comunicación directa entre el Presidente y sus ministros. Según se dice, es opinión del señor Nixon que los miembros del Gabinete han de cargar con la responsabilidad de desarrollar una política bajo la Page 154 dirección del Presidente. Por tal razón, habrán de tener libre acceso a la Casa Blanca

2.

Sin embargo, este artículo periodístico, elaborado en base a entrevistas públicas y privadas con los consejeros y ayudantes del presidente, fue desmentido por la realidad. Porque, precisamente, el inmenso poder que estos personajes adquirieron en el gobierno de Nixon originó el caso Watergate, cuyas consecuencias llegaron hasta la cima del poder político norteamericano.

II La reelección de Richard M. Nixon

En 1972, el gobierno de Nixon enfrentaba dificultades (la guerra de Vietnam, era una de ellas), pero también había conseguido impresionar al público norteamericano con sucesos que no tenían precedentes...

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