El saqueo de ideas y los proveedores de legitimidad
| Autor | Ugo Mattei - Laura Nader |
| Páginas | 141-189 |
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El saqueo de ideas y los proveedores de legitimidad
Capítulo IV
El saqueo de ideas y
los proveedores de legitimidad
4.1. HEGEMONÍA Y CONCIENCIA JURÍDICA
La hegemonía jurídica estadounidense podría entenderse
mejor (y es mucho más relevante desde un punto de vista
político) como un cambio en la conciencia jurídica y política
antes que como un modelo de trasplante de reglas e institucio-
nes jurídicas formales. La recepción jurídica es una actividad
altamente creativa, y las transferencias de modelos legales serían
severamente incomprendidas si son analizadas como un mero
ejercicio mecánico de importación-exportación de códigos o
instituciones jurídicas. Una mejor aproximación es el análisis
de la difusión de las formas profesionales de pensamiento ju-
rídico, y abordar, ya sea en contextos coloniales o imperiales,
los cambios jurídicos más importantes de las élites. Observar
la globalización jurídica con una óptica estatal de producción
de normas (por ejemplo, enfocándose en la difusión del De-
recho desde Francia, Alemania y los Estados Unidos) no es
útil para percibir la naturaleza del orden jurídico de la post
Guerra Fría. Tales percepciones están demasiado conectadas
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con la territorialidad por lo que ignoran el poderoso rol de las
instituciones transnacionales de gobernanza global (El Banco
Mundial (BM), El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la
Organización Mundial del Comercio (OMC) así como de los
actores corporativos transnacionales en la producción privada
del Derecho. Igualmente, el proyecto colonial quizá sería mejor
apreciado como una relación que —inicialmente y a menudo
violentamente— comprende a una variedad de agentes coloni-
zadores, tanto públicos como privados, antes que una relación
discreta entre un país madre y una colonia. Una percepción
territorial y estatal de la relación colonial sería demasiado re-
duccionista. Se enfocaría en instituciones formales y olvidaría
la dimensión internacional de ambos, el esfuerzo colonizador
y las fuerzas de resistencia.
Tanto la relación colonial como la actual globalización
económica incluyen una dimensión ideológica persuasiva. Los
subordinados, o al menos una parte significativa de ellos, deben
ser persuadidos de la naturaleza superior de la civilización y
orden dominantes, en comparación con la propia. Sin ese com-
ponente ideológico, la opresión sería un ejercicio mucho más
costoso. Un uso abierto de la fuerza física no es una estrategia
viable a largo plazo. El poder suave es mucho más eficiente
que el poder duro, y el establecimiento del aparato ideológico
que apoya su construcción es un aspecto crucial para cualquier
proyecto de saqueo.
Mientras el poder a veces usa propaganda abierta, el
profesionalismo demuestra ser más efectivo en persuadir a los
sectores más educados de la población. Las élites profesionales
particulares adquieren, a nivel internacional, la influencia ne-
cesaria para proveer legitimidad al poder hegemónico. Su más
importante rol es dirigirse a intelectuales locales y al discurso
público con la finalidad de usar el prestigio de clases sociales
locales influyentes para reducir los costos de la dominación
física mientras mantienen el control extranjero y, finalmente, el
saqueo. Tal soporte intelectual doméstico e internacional per-
mite al proyecto imperial prometer creíblemente a la población
local: civilización, bienestar, desarrollo y liberación. Este es un
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ejercicio ideológico, la esfera de los ideólogos de la corriente
principal, para hacer invisible el saqueo exterior y las prácticas
que lo legitiman como aceptables para la mayoría debido a su
supuesta naturaleza benévola.
La función de proveer de legitimidad es a veces institucio-
nalizada, como en el caso de las misiones católicas en la época
colonial. A veces es más descentralizada, como en el caso de
las muy admiradas presentaciones de ponentes extranjeros por
medio del mundo de invitaciones académicas. La postura no crí-
tica de tales personas sobre su propio sistema jurídico y político
puede en sí mismo funcionar como una poderosa justificación
para el estado de subordinación porque finalmente proporciona
modelos conservadores a las élites locales.
Programas como las becas Fulbright para dar conferencias
en el extranjero, o una variedad de similares, a menudo enco-
miables, iniciativas son ejemplos de lo que queremos explicar.
En estos casos, seguramente, nada prohíbe al profesor visitante
a ser crítico. No obstante, el proceso de selección y la psicología
del rol, hace la autocrítica altamente improbable. En el 2005,
el profesor John Yoo, autor del famoso escrito sobre la turtura,
fue profesor Fulbright en la Universidad de Trento en Italia.
Es difícil determinar si las prestigiosas opiniones de Henry
Sumner Maine acerca del progreso social estaban en sintonía
con el proyecto colonial porque él las expresaba como un ofi-
cial colonial o si él aceptó el puesto de oficial colonial porque
sostenía tales opiniones.
Igualmente, es difícil determinar si un líder académico
en, por ejemplo, Análisis Económico del Derecho se vuelve
influyente a nivel mundial porque él ya sostiene opiniones
que son funcionales con la ideología neoliberal dominante o
si él absorbe tal ideología porque esas son las expectativas de
sus anfitriones en los departamentos de economía en todo el
mundo. Posiblemente, la pregunta ni siquiera es interesante.
Se considera como un hecho que la gran mayoría de líderes
intelectuales del Occidente sostienen opiniones imperialistas
(o colonialistas), y debido a esas perspectivas sus voces son
amplificadas por el agregado de factores institucionales que
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