Resumen y ejercicios sobre falacias

AutorStephen Toulmin - Richard Rieke - Allan Janik
Páginas257-286
Capítulo 20
Resumen y ejercicios sobre falacias
Ahora debemos reunir los diferentes puntos que se han señalado
en los comentarios precedentes sobre los tipos de falacias. Es impor-
tante enfatizar que las falacias que hemos presentado son meramente
las que han sido comentadas tradicionalmente por los estudiosos del
razonamiento. De hecho, ni siquiera hemos agotado esa lista. Esto se
debe a que nuestro objetivo no era presentar un tratado exhaustivo
sobre el tema sino examinar las formas en que se ha reconocido
tradicionalmente que los argumentos fallan, tal como se relacionan
con nuestro modelo de argumentación. Presentar demasiadas falacias
puede tener el efecto de confundir en lugar de iluminar. El sentido de
una introducción al tema es abrir los ojos al concepto de falacia de tal
modo que pueda desarrollar una facilidad para reconocer y tratar con
el número prácticamente infinito de formas en que los argumentos
pueden no sostenerse. Al final es más importante que la gente de-
sarrolle un talento para detectar la incorrección en los argumentos
que que pueda clasificar los varios tipos de argumentos que no son
sólidos sobre la base de algún esquema preconcebido. La mejor forma
de conseguir esto es tomar conciencia de las circunstancias en las
que es probable que los argumentos fallen. Hemos orientado nuestro
comentario de las falacias hacia ese fin. De este modo, el dominio del
concepto de falacia irá acompañado del beneficio de permitirle desa-
STEPHEN TOULMIN | RICHARD RIEKE | ALLAN JANIK
258
rrollar una comprensión más firme de la forma en que los elementos
de nuestro modelo son interdependientes.
DETECTAR FALACIAS
El trabajo de detectar falacias no debe concebirse como un
proceso “mecánico”. No debe esperar poder memorizar un conjunto
de definiciones o de modelos de falacias y después “aplicarlos” para
identificar argumentos falaces. Esto se debe a que los argumentos no
existen en el vacío. Siempre se presentan en un contexto específico, y
esto influye mucho en la cuestión de si son sólidos o no. Lo que puede
ser una falacia en un contexto puede no serlo en otro. Por ejemplo,
alguien podría argumentar de la siguiente forma:
Nuestro país es una democracia y está comprometido con la afirma-
ción de que todos los hombres son creados iguales. Creemos en la
igualdad de oportunidades para todos, así que nuestras universidades
deben admitir a todos los solicitantes, independientemente de su
nivel educativo o económico.
En líneas generales, este argumento contiene una falacia de
equivocidad. La igualdad, tal como está definida en la Constitución,
significa igualdad ante un tribunal; no significa igualdad de oportuni-
dades. Sin embargo, el asunto no es tan claro y conciso como pueda
parecer a primera vista, ya que el significado del término igualdad
es “esencialmente controvertido”, es decir, es un objeto legítimo de
debate. De hecho, en algunas partes del país la igualdad ha llegado
a interpretarse como igualdad de oportunidades. En algunas partes
esto ha llevado a políticas de admisión abierta precisamente sobre
las bases que se presentan en el argumento. Así que hay contextos
en los que el mismo argumento puede interpretarse como sólido y
otros contextos en los que puede interpretarse como legítimamente
incorrecto.
¿QUÉ DEBE HACER CUANDO DESCUBRE UNA FALACIA?
Descubrir que un argumento contiene una falacia no es fatal para
la discusión en cuestión. Simplemente indica que quien comete la fa-
lacia debe reformular el argumento falaz de tal modo que elimine la
falacia. Aquí estamos asumiendo que la falacia no ha sido cometida

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR