Fundamentos y principios de un estado social y democrático de derecho

AutorLuis Moises Leyva
Cargo del AutorAbogado
Páginas39-68
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El Perú es un país que se caracteriza por ser democrático, social,
independiente y soberano, tal como se menciona en el artículo 43 de su
Constitución Política, por lo que sus fines deben estar ligados al tipo de estado
que se ha elegido formar, pues de lo contrario, la Carta Política caería en un
absurdo e incoherente relato abstracto.
A continuación, el investigador consideró, separar el análisis de los
principios de un Estado democrático para conocerlos a través de su estructura y
los fines que busca perseguir en la definición contemporánea, esto con el fin de
corroborar su vigencia en los gobiernos actuales del Perú. Sin embargo, antes
de ingresar a un debate sobre los fundamentos y principios de la democracia
como tipo de Estado, es necesario realizar una identificación doctrinaria, para
conocer sus límites y funciones.
2.1. ¿Qué es democracia?
Toda definición intenta colocar un límite al término o la palabra, y esta última
se encarga de identificar a los hechos y objetos que se observan, por lo que al
intentar definir democracia se entraría a detallar qué es y qué no es democracia,
es decir, cuándo se puede utilizar dentro de una oración para referirnos a un
hecho y cuándo debe dejar de usarse.
Como señala el investigador italiano Giovanni Sartori (1993), para llegar al
descubrimiento de qué es democracia, se debe ceñir a las definiciones
prescriptivas y descriptivas, las cuales señalan el deber ser y el ser de la
democracia, pues la primera ordena un ideal que se aparta de lo real, y lo
segundo describe a la democracia en su aplicación empírica sobre la realidad.
Seguidamente Sartori (1993), señala que el termino democracia se
construye en el ámbito político, en la estructura de un Estado y su gobierno por
lo que advierte que antes de ingresar a las denominadas democracia económica
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o democracia social
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, primero debe existir como condicionante de estas últimas,
la democracia política, pues considera que ante su inexistencia las democracias
pequeñas o adjetivadas pueden llegar a ser destruidas.
La definición que brinda la etimología al respecto, resulta exigua para el
análisis que se intenta realizar, pues como se sabe, el término se encuentra
conformado por dos palabras griegas “dêmos” que significa “pueblo” y “krateîn”
que hace referencia a “gobernar”, por lo que se entiende que su definición
etimológica es “gobierno del pueblo”, sin embargo como señala Sartori (1993)
esta sería una de las trampas en las que se caería al momento de querer definir
la democracia, y advierte otras dos que sería el simplismo realístico y el
simplismo perfeccionista.
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Se busca la igualdad económica, por lo que se enfoca en acabar con los extremos de riqueza y de pobreza para
conseguir una redistribución que busque el bienestar general.
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Se busca la igu aldad de estatus social a través de una estructura social horizontal, q ue reafirma el ser tratado como
iguales dentro de la sociedad.
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En esta misma línea, Sartori (1993), define tres trampas por las que
atraviesa una mayoría de personas al tratar de definir la democracia, la primera
es buscar la definición únicamente en las palabras, es decir en el término que se
utiliza, ello, advierte el maestro, lleva a una discusión sobre la palabra dejando
de lado la cosa.
Lo segundo, es al tratar de encontrar la definición en el realismo, esto es,
creer que lo único que importa para encontrarle su interpretación es lo real, esto
es el “ser”, dejando de lado el “deber ser”, abandonando un ideal sobre el que
se quiere erigir la democracia, lo que denomina realismo malo.
El tercer simplismo al que hace alusión el maestro es lo contrario al
realismo, esto es, lo ideal, es conducir su definición a un perfeccionismo, tan así
que se aleje de lo real y resulte imposible en marcar a lo objetivo y que termine
por resultar siendo una utopía, esto a es lo que se llama un idealismo malo.
En ese sentido, para entender a la democracia en su totalidad, debe
evitarse la simplicidad, ya que esta última solo impediría realizar un estudio
completo sobre la definición de democracia y caeríamos en las trampas que
señalaba el investigador político italiano Giovanni Sartori (1993).
2.1.1. Abriendo el debate: Democracia en sentido literal
Habiéndose ya definido etimológicamente la palabra democracia como
“poder popular” o “poder del pueblo”, nacen interrogantes sobre quién es el
pueblo y cómo este se hace con el poder y de qué manera lo utiliza.
El pueblo ha tenido diferentes significados durante la historia y en diferentes
naciones, es por ello por lo que Sartori (1993) engloba seis interpretaciones
posibles para definir el demos¸ estas son:
1. Entender al pueblo de manera literal como “todos”.
2. Entender al pueblo dentro de una pluralidad, esto es, “los más”.
3. Entender al pueblo dentro de las clases inferiores, “el proletariado”.
4. Entender al pueblo dentro de la masa, “totalidad indivisible”.
5. Entender al pueblo bajo un principio de “mayoría absoluta”.
6. Entender al pueblo bajo un principio de “mayoría moderada”.
Bajo estos criterios de interpretación, se debe añadir que existe una
participación en la dirección del gobierno de los que conforman y son el pueblo,
es decir son gobernantes, pero también gobernados.
La primera interpretación proviene de un univoco entendimiento lógico, sin
embargo, aún cuestionable y lleno de interrogantes, pues ¿quiénes pueden ser
esos todos?, algunos autores como Sartori (1993) consideran que, dentro de
estos, no se encuentran los criminales ni los incapacitados, menos los menores

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