Ollanta y Nadine, una pareja de los años 50: una entrevista a Giovanna Pollarolo.

AutorHuaringa, Sandra
CargoMUJERES EN POL

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

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En la oficina de Giovanna Pollarolo, lo primero que salta a la vista es un libro abierto a la mitad sobre su escritorio: Cortázar, cuentos completos, Vol. I. Este semestre, la profesora Pollarolo tiene a su cargo los cursos de Narrativa Hispanoamericana y Taller de Interpretación Literaria de la especialidad de Literatura y Lingüística en la Universidad Católica; en este último, analiza con sus estudiantes "Casa tomada" el cuento de Cortázar con más lecturas e interpretaciones. Una de ellas, la política, hace del cuento de los dos hermanos de mediana edad que se ven empujados por fuerzas desconocidas a abandonar la casa donde han vivido siempre, una alegoría nacional sobre el avance del peronismo y el fin de la oligarquía criolla. Precisamente sobre esa arista trata la siguiente entrevista.

¿Qué opina sobre el momento político que vive el Perú? ¿La democracia es un valor o pervive la sombra del autoritarismo?

En nuestro país, la opinión generalizada es que la democracia es sinónimo de caos y desorden, que un país funciona mejor cuando es gobernado con 'mano dura'. Si se cerrara el Congreso pasaría algo similar a cuando lo disolvió Fujimori: un alto porcentaje de la población lo aprobaría. Es impresionante el desprestigio de los partidos políticos, del sistema democrático y de sus instituciones. Sin embargo, nadie parece darse cuenta de que es posible expresarse libremente y criticar el sistema democrático precisamente porque existe. Alegrarse de que el Congreso tenga tan poca aprobación me parece peligrosísimo; tiemblo cuando los periodistas y los medios se complacen criticándolo. En el fondo, esa actitud oculta una voluntad autoritaria. Somos muy autoritarios en el Perú. Autoritarismo e intolerancia van juntos.

¿Es pesimista en lo que respecta al futuro democrático del Perú?

No. La democracia se aprende; y si se puede enseñar, basta la voluntad de cambiar. Vivir en democracia implica el ejercicio de nuestros derechos pero también el cumplimiento de deberes. En los colegios debería explicarse cuáles son los deberes y responsabilidades de los ministros, de los congresistas, de los jueces, de los ciudadanos, etc. Cuestionar a un congresista porque no ha construido la carretera soñada o la universidad para el pueblo es pedirle peras al olmo, pues no ha sido elegido para eso. Los congresistas se equivocan al ir a repartir regalos a sus regiones, ese no es su trabajo; muchos de ellos están desinformados...

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