No la tendrá fácil

Por Juan Velit Granda. Internacionalista

El presidente Barack Obama ha conseguido un triunfo electoral que le permite continuar su inquilinato en la Casa Blanca. La ajustada victoria se debió a su impecable diseño y a la movilización del voto demócrata en Ohio, Florida y Virginia, estados de cuya lealtad no se tenía certeza.

Evidentemente, se polarizó el país. Y esta situación fronteriza se percibió desde el inicio de una campaña cuya agudización fue avanzando a medida que se acercaba la justa final, donde una suerte de ?vale todo? fue palpable, especialmente de parte de los republicanos.

El mapa electoral, teñido de azul demócrata y rojo republicano, permitió detectar que el triunfo de Obama había tenido menos votos que en el proceso electoral anterior, pero que el afroamericano todavía mantenía su encanto y que su oratoria sigue conservando su magia.

El crecimiento vegetativo de algunos grupos minoritarios como latinos, afroamericanos, asiáticos, jóvenes y mujeres le sirvió a Obama para demostrar que la aritmética se suele imponer a la ideología.

Un factor importante por considerar es que ha llegado el final de la inocencia política y que los independientes, una parte importante de la población, han empezado a creer que Estados Unidos ya no es el país de la libertad, la justicia, las oportunidades y la democracia y que los partidos políticos solo acuden a ellos cuando...

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