?Que no se interpongan en mi enriquecimiento?

La anual Asamblea Nacional Popular, una suerte de Parlamento chino, es conocido por la población como el Gran Salón de Té. La mayoría solo se entera de su inicio por los cortes de tráfico y la atosigante presencia policial.

El carácter apolítico de los chinos llega distorsionado a Occidente por la sobreexplotación mediática de los disidentes, tan heroicos como poco representativos. La desidia descansa ahí y, en menor medida, en la incapacidad de decidir, pero no en el desesperanzador ?todo seguirá igual? tan habitual de otras latitudes.

La inacción no figura entre los pecados del Partido Comunista de China, que goza de más apoyo popular que...

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