Las mujeres de los líderes chinos salen de la sombra

Por Patricia Castro Obando. Desde Beijing

¿Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer? El revelador informe de ?The New York Times? sobre el enriquecimiento de la familia del primer ministro chino, Wen Jiabao, ha puesto en duda el rol sumiso que supuestamente cumplen las esposas de los líderes chinos.

Según lo que cuenta con lujo de detalles el diario neoyorquino, Zhang Beili, geóloga de profesión, se convirtió en ?la reina de los diamantes? por su posición privilegiada como cónyuge del primer ministro, algo que el Gobierno Chino ha negado enfáticamente.

Aunque los dirigentes chinos prefieren que sus esposas se mantengan en la sombra, hay algunas que tentadas por el poder político o económico de sus maridos han salido a la luz. Estas mujeres altamente educadas o astutas por naturaleza difícilmente calzan en el bajo perfil que les imponen.

Quizás ese fue el caso de Jiang Qing, cuarta y última consorte de Mao, que usurpó el poder durante los últimos años del régimen maoísta. La actriz, que a los 25 años se casó con el ?Gran Timonel?, fue nombrada en 1949 ministra de Cultura de la República Popular.

En 1966 asumió la dirección de la Revolución Cultural en el plano artístico y tres años después ingresó al Buró Político del Partido. Luego del fallecimiento de Mao en 1976, fue condenada a muerte y posteriormente a cadena perpetua por su tendencia radical como integrante de la llamada ?Banda de los Cuatro?.

Otra mujer revolucionaria de aquellos años fue Zhuo Lin, la tercera y última esposa del líder Deng Xiaoping. En 1936 se graduó de física en la Universidad de Beijing y se convirtió en la única mujer del Departamento de Ciencias. En 1939 viajó a la antigua...

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