El Perú avanza sin grandes discursos

Por Andrés Oppenheimer. PeriodistaCuando entrevisté al presidente peruano Ollanta Humala hace unos días, me dio la impresión de ser un líder menos carismático que la mayoría de sus homólogos sudamericanos, pero que posiblemente esté haciendo un trabajo mejor que la mayoría de los parlanchines que gobiernan en su vecindario.A diferencia de los presidentes populistas de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, que pasan buena parte de su tiempo hablando en cadenas de televisión y prometiendo ?revoluciones? utópicas, Humala tiene un discurso menos estridente y le apuesta a la continuidad. En vez de querer cambiarlo todo, dice que quiere construir sobre lo que ha heredado.Y los resultados están a la vista. Mientras sus vecinos populistas están destruyendo sus economías y sus instituciones democráticas ?despilfarrando el mayor ?boom? económico de la historia reciente, generado por los altos precios de las materias primas?, el Perú sigue creciendo y reduciendo la pobreza con mayor rapidez que casi todos los países de la región.Este año, se calcula que la economía de Perú crecerá un 5,4 por ciento, comparado con un promedio latinoamericano y del Caribe de un 2,7 por ciento, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional. Y lo que es más importante, la economía del Perú ha estado creciendo sostenidamente durante casi 15 años.La inflación está en un 2,5 por ciento, comparado con un 25 por ciento en Argentina y un 50 por ciento en Venezuela.La pobreza ha disminuido a la mitad en los últimos años, desde el 53 por ciento de la población en el 2000 al 26 por ciento en la actualidad, más que en casi todos los países vecinos, según datos gubernamentales.Le pregunté a Humala, un ex militar que en el pasado coqueteó con el radicalismo autoritario del difunto presidente venezolano Hugo Chávez, qué fue lo que lo convenció de no seguir el camino chavista.Humala respondió que ?en las decisiones políticas debe primar una realidad, una dosis de pragmatismo, porque la gente no come discursos?. Evitando cualquier crítica directa de los presidentes de Venezuela y los otros países ?bolivarianos?, dijo que ?al menos en el caso de la historia del Perú? tratar de cambiarlo todo y de inmediato muchas veces hizo más mal que bien.Para él, el pragmatismo significa no dar golpes de timón violentos que pueden desequilibrar el barco. ?Acá no podemos pensar que cada gobierno que entra desatienda lo que ya se hizo, y empiece todo de nuevo, de cero?, me dijo.Cuando le...

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