Un análisis de la relación entre grupo de amigos, edad y conducta antisocial: delimitando diferencias de género

AutorJuan Antonio Rodríguez Ramírez
Cargo del AutorUniversidad de los Andes
Páginas33-49
33
UN ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE GRUPO
DE AMIGOS, EDAD Y CONDUCTA ANTISOCIAL:
DELIMITANDO DIFERENCIAS DE GÉNERO
Juan Antonio Rodríguez
Ramírez
Universidad de los Andes
jarodrig@ula.ve
Venezuela
RESUMEN
Este estudio examina el efecto conjunto del grupo de amigos,
edad y género en la probabilidad de que los adolescentes se
impliquen en conductas desviadas. La muestra engloba 665
adolescentes escolarizados en centros públicos del estado
Mérida, Venezuela. Los resultados señalan que, tanto para los
hombres como para las mujeres de cualquier edad, tener un
grupo de amigos desviado es una variable fundamental con
respecto al riesgo de manifestar una conducta antisocial.
PALABRAS CLAVE: conducta antisocial grupos
adolescentes.
INTRODUCCIÓN
En la búsqueda de una identidad más consolidada, hombres
y mujeres encuentran en el grupo de amigos una fuente de
apoyo substancial ante las contrariedades que trae consigo la
adolescencia. Los amigos e iguales son, en esta etapa de vida, un
entorno de socialización esencial. En ellos, el joven encuentra
un mosaico de situaciones y conocimientos imprescindibles
para su equilibrio socioafectivo. Sin embargo, es en el contexto
grupal, en el que los muchachos frecuentemente tienden a
experimentar sus primeras contravenciones, por lo que este
también puede ser visto como un ambiente instigador de
estas incipientes conductas. De esta forma, el grupo de amigos
antisociales se ha perilado como un entorno facilitador de
comportamientos inluencias y creencias inclinadas a la
actividad antinormativa. Con esta investigación se persiguen
hallazgos signiicativos para contrastar esta relación Pero
además, se profundiza en esta posible asociación considerando
dos ejes básicos del análisis criminológico contemporáneo: La
edad y el sexo.
MARCO DE REFERENCIA
Hay acuerdo entre los autores en considerar que el grupo de
amigos es un grupo primario que funge como ente socializador
en y después de la infancia Arnett  Fau  Herranz
y Sierra  Machargo  Los amigos son un hecho
de vida que alterna efectos junto a la familia. Estos efectos
pueden incidir en el comportamiento del joven en cualquiera
de los contextos de interacción habituales en la adolescencia:
escuela, clubes, comunidad, etcétera (Fau, 1976). En este
sentido la literatura también reiere que el tiempo que el
adolescente pasa con su familia disminuye en beneicio de un
mayor contacto con sus amistades (Arnett, 2008). Al respecto,
JUAN ANTONIO RODRÍGUEZ RAMÍREZ
34
no hay duda de que el grupo de amigos es
fuente de apoyo, cariño, compañía, diversión,
ánimo, protección, seguridad, consuelo,
comprensión, etcétera, lo cual aporta grandes
beneicios socioemocionales al joven Mietzel
2005).
Con relación a lo anterior, el grupo de
amigos entra en juego en un momento del ciclo
de vida en el cual las relaciones con la familia
no son las mejores y en el que el eje emocional
de los adolescentes suele trasladarse del
hogar a otros entornos. El grupo de amigos
puede resultar un receptáculo emocional y
afectivo para algunos jóvenes que presentan
relaciones problemáticas en su hogar (Arnett,
2008). Es decir, en esta etapa del desarrollo las
amistades del adolescente se erigen como un
polo que implica cariño y seguridad emocional
como contrapeso a las vicisitudes del entorno
familiar Machargo  Mietzel  De
hecho, los cambios propios de estas edades
traen consigo conlictos familiares Michael
y Ben-Zur, 2007). Estos, unidos al deseo de
control de los padres, la hostilidad propia
del joven y su intercambio con grupos de
amigos Herranz y Sierra  coniguran
una realidad psicosocial capaz de generar
consecuencias indeseables, entre las que se
puede encontrar la conducta antisocial.
Ahora bien, en la mayoría de los casos, los
iguales son sinónimo de amistad. Es evidente
que la amistad es ese punto de adherencia
dentro del grupo de amigos. Desde la infancia,
pero más acentuadamente en la adolescencia,
se establecen amistades sobre la base de la
simpatía, la intimidad y el afecto. En los amigos
se busca voluntariamente: proximidad,
lealtad, compromiso, sinceridad, solidaridad,
conianza y respeto a partir del apego mutuo
Al respecto, en este trabajo hay
concordancia conceptual con Arnett (2008)
en que los iguales son, en sentido estricto, “el
grupo más o menos anónimo de personas de
la misma edad” y, también, en que los amigos
presentan “una importancia emocional y
social que no tienen los iguales” (p. 246). A
tenor de esta autora, los iguales son jóvenes
de la misma edad que forman parte de la
red de compañeros de escuela, comunidad
o trabajo, y los amigos son otra categoría
distinta. Para los adolescentes sus amigos son,
por lo general, iguales puesto que presentan
más o menos una edad similar. Sin embargo,
los amigos son “personas con las que se
establece una relación mutua valorada. Esto
es muy diferente de estar simplemente en el
mismo grupo de edad” (p. 238).
A tenor de lo antes expuesto, cabe
formularse la pregunta, ¿cuál es la relación
entre amigos, edad y conducta antisocial?
Sobre esto, incontables estudios revelan que
la participación en actividades delictivas
aumenta en la adolescencia, para luego ir
disminuyendo, excepto en pequeños grupos
de la población que asumen una conducta
desviada persistente Mofitt  Este
hecho se muestra en el modelo de la Figura 1,
que presenta las variaciones de tasa delictiva
en función de la edad.
Por medio de esta igura se logran delimitar
varias nociones relevantes de la relación
edad-delincuencia: A: en los primeros diez
años de vida la participación en conductas
delictivas es considerablemente baja (aun
cuando esto no signiica que la niñez no sea
una etapa trascendente en el origen de la
conducta antisocial B y C: entre los 10 y 12
años la ocurrencia de conducta delictiva se
eleva sostenidamente hasta un punto extremo
entre los  y  años C y D: a partir de este
momento hay un punto de inlexión decisivo
en la curva de la edad-delincuencia, que
decrece entre los  y  años D: después de
los 65 años es casi inexistente la incursión en
la delincuencia Birkbeck  Farrington
  Hirschi y Gottfredson 
Wilson y Herrnstein, 1985). En otras palabras,
la conducta antisocial es un fenómeno mucho
más recurrente en la adolescencia que en
cualquier otra etapa del ciclo vital.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR