Sin brújula

Por Luis Carranza. Ex ministro de Economía y Finanzas Pasada la primera mitad del gobierno se puede constatar que no se tiene claro hacia qué rumbo debe marchar el país. Luego de los tumultuosos primeros seis meses, con indefiniciones y reacomodos políticos, se tomaron ciertas guías referenciales de cómo conducir el gobierno que ayudan a que no nos desbarranquemos, pero que distan mucho de ser una visión clara del norte que debe tener el país en su ruta a la prosperidad. Existen cinco elementos centrales que grafican esta situación.En primer lugar, el discurso político del gobierno es inconsistente e incoherente. No es un discurso sólido, articulado y claro (¿sabemos a ciencia cierta qué piensa el gobierno de la minería?), y es contradictorio tanto en el tiempo como respecto a las acciones políticas para lograr las metas planteadas (¿es Qali Warma un programa apropiado para combatir la desnutrición infantil?).En segundo lugar, se confunden los medios con los fines. Bajo el pretexto de no discriminación se volvieron a reunir a todos los maestros, los que saben y los que no saben, en una sola escala remunerativa, impidiendo que se profundizara la reforma iniciada en el gobierno anterior. Al final, los aumentos de salarios se convirtieron en el objetivo político de corto plazo a costa de sacrificar el objetivo real, que es la calidad de la educación pública en el país. Otro ejemplo de esto tiene que ver con la función del Estado en la economía, que debería estar limitada a corregir las fallas de mercado y no al fortalecimiento de empresas públicas, como si eso fuese un fin en sí mismo.En tercer lugar, las reformas implementadas han sido imperfectas, porque se copian modelos externos sin reconocer las peculiaridades de la realidad peruana (como es el caso de la reforma de pensiones, que sí funciona en Chile porque no hay un sistema público) o porque se dejan de lado aspectos sustanciales (como la simplificación en el caso de la reforma tributaria para focalizarse solo en la fiscalización). Mientras que las reformas y políticas verdaderamente importantes para el crecimiento ?avanzar en la flexibilización de los mercados de bienes y servicios y de factores productivos, la atracción de inversión y la consolidación de grandes proyectos catalíticos? son dejadas de lado. Si no, veamos lo que está pasando en el mercado laboral, la creciente sobrerregulación en casi todos los sectores, las...

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