Un voto por la competitividad

Por miguelPalominoEl Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. El Instituto Peruano de Economía (IPE) acaba de publicar, por sexto año consecutivo, la última versión del Índice de Competitividad Regional-Incore 2018, lo cual nos permite tener un panorama claro y de fácil entendimiento sobre las principales debilidades y fortalezas de las regiones del país. El Incore establece la posición relativa de las regiones en el ámbito de la competitividad. Para ello, toma información regional disponible sobre 45 variables agrupadas en seis pilares. Los resultados obtenidos permiten una evaluación de las mejoras y los retrocesos en diferentes ámbitos, sobre los cuales se pueden construir valiosas lecciones de políticas públicas. Dada la riqueza del material, solo exploramos brevemente algunas de ellas. Apurímac fue la región que más puestos mejoró (5, del puesto 19 al puesto 14) en la última edición del índice. Como parte de dicha mejora, destaca el notable incremento en el presupuesto público per cápita de la región durante los últimos cinco años (37%), que contrasta con la caída acumulada registrada en Moquegua (-14%). Esto explica que Apurímac (S/587) haya desplazado a Moquegua (S/541) como la región con el mayor presupuesto público per cápita mensual. Como es de esperarse, con un flujo mayor y sostenido de recursos públicos durante los siguientes años, Apurímac debería registrar mejoras en otros pilares como Salud y Educación, en los cuales su posición es bastante débil (puesto 16 y 17). Estos recursos están a cargo en mayor medida de los gobiernos subnacionales (de los S/794 millones de inversión pública en Apurímac en el 2017, S/599 millones correspondieron a estos) y el uso eficiente del presupuesto público es clave. Durante el último año, sin embargo, Apurímac fue la segunda y la tercera región con la menor tasa de ejecución del gasto público (78,1%) y de la inversión pública (61%). Ambas cifras se ubican casi siete puntos porcentuales por debajo del promedio nacional. Esto no es una crítica, sino una llamada de alerta temprana, aprender a manejar un presupuesto en permanente expansión toma tiempo. En el caso del pilar Educación, cabe mencionar que los indicadores de rendimiento educativo no registraron nueva información este año...

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