El verano, los deportes y las estrategias para evitar el trabajo

Por Lucy Kellaway. Columnista de managementHay épocas del año cuando el trabajo se siente más fastidioso. Esta es una de ellas. Es verano. Wimbledon está en marcha. También la Copa Mundial. Aun si no te importa el tenis ni el fútbol, te llega suficiente emoción secundaria para sentirte desinclinado a esforzarte en la oficina.Una solución popular es hacerse el enfermo, según un extravagante informe, 3,5 millones de individuos fingirán estar enfermos durante el torneo de fútbol en Inglaterra solamente. Pero no solo es fingir enfermedad una solución a corto plazo, además va tanto en contra de mi crianza que nunca lo he hecho en 35 años de empleo, así que sería un poco tarde para empezar ahora.Eso no quiere decir que yo esté en contra de evitar el trabajo en general. Al contrario, es necesario para la supervivencia y es una habilidad que uno necesita, no solo a finales de junio, sino todo el año. Bien ejecutado, no conduce a carreras fracasadas, a veces conduce a las más exitosas. Tomemos el ejemplo de dos hombres que conozco, ambos de la misma edad, ambos igualmente talentosos. Uno es un imán para el trabajo adicional, que le echan encima siempre. A veces se queja un poco, pero diligentemente despacha la pila de tareas aburridas. El otro hombre nunca hace ninguna tarea adicional. No es exactamente perezoso, pero solo trabaja en las cosas que le interesan. En su tiempo libre, se sienta en su oficina a ver el tenis en su iPhone. ¿Cuál de los dos es más generosamente recompensado por su esfuerzo desigual? ¿El Sr. Cumplidor? ¿O el Sr. No-Tan-Cumplidor? La triste realidad es que el primero no ha recibido ningún beneficio de realizar el trabajo fastidioso, mientras que el segundo no ha sufrido ningún castigo por evitarlo. He estado tratando de comprender por qué el Sr. No-Tan-Cumplidor se sale con la suya. Al principio pensé que se trataba de decir no. Ésta es una habilidad que he logrado finalmente dominar después de ensayarla por dos décadas. Resulta que es bien fácil: uno simplemente dice no en el momento, sin dar explicaciones. Sin embargo, en mi experiencia, los que tienen la habilidad de eludir el trabajo casi nunca dicen no. Hacen algo muchísimo más ingenioso: evitan que se les pida hacerlo en primer lugar. Hay algunas estrategias bien conocidas para esto, que incluyen dar vueltas con un portapapeles aparentando estar ocupado o usar audífonos o mirar atentamente la pantalla prohibiendo que alguien se acerque.Pero el Sr. No-Tan-Cumplidor me...

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