El triunfo de Susana

Por Ernesto Velit Granda. Analista Político

Fue limpio, transparente e inobjetable, a pesar de todo. La campaña destinada a demolerla, y de la que participaron, desgraciadamente, algunos diarios de la capital, hizo que el triunfo fuera estrecho y angustiante. Tal vez eso hizo el éxito más meritorio, más digno y más esperado. Muy difícil será desagregar cuántos votos le pertenecen a ella, solamente a ella, y cuántos representan el aporte de la izquierda. Sabremos en el futuro cercano si el apoyo que recibió Susana fue porque su imagen y su programa convocaban o porque era, además, un instrumento eficaz para infligirle una derrota a la derecha. En cualquiera de los casos, su candidatura hizo recordar épocas pasadas, pero no olvidadas, cuando la izquierda unida sabía escribir jornadas históricas y recogía con coraje y humildad, porque eso representaba la figura de Alfonso Barrantes, el mensaje de quienes le encargaban ser portadora de esperanza.

No parece necesario recordarle a Susana la dimensión de su responsabilidad, como tampoco el terreno minado por el que tendrá que caminar. Ella lo sabe muy bien. Tendrá oposición y de la fuerte, salvo que Lourdes, honrando sus promesas, ordene colaborar a los suyos para un mejor gobierno de la ciudad. Sabemos que es capaz de hacerlo, solo desconfiamos de sus asesores.

Las carencias urbanas y el desorden en las calles los padecemos todos. El caos vehicular, la inseguridad ciudadana, el maltrato ambiental es herencia que recibe y que alcanza a todos los niveles sociales, sin excepción. Cuántas lecciones se desprenden del evento electoral. La polarización mediática, que sacrificó el deber de informar a cambio de vender simpatías, terminó siendo punto en contra que debilita...

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