Una triple transición que cuidar

Por Juan Paredes Castro

Entre el lanzamiento de la marca Perú como anillo al dedo del crecimiento económico y el proceso electoral en marcha como reto a la estabilidad política del futuro, el Gobierno tiene que manejar, en principio, una doble cuidadosa transición.

Como cuidadosa tendrá que ser también la transición a administrar entre la elección de la segunda vuelta que definirá al sucesor del presidente Alan García y el cambio de mando mismo, el 28 de julio próximo.

Esta triple transición comienza naturalmente por afinar escrupulosamente la gestión económica y financiera, evitando marchas y contramarchas de riesgo populista y electorero. Solo así el cambio de posta gubernamental estará libre de sobresaltos.

La madurez gubernamental con la que se garantice el actual proceso electoral, y con la que se generen las condiciones de una normal salida de la administración política actual, contribuirá a consolidar lo que hemos ganado, con no poco esfuerzo, en los últimos años: una estabilidad económica a prueba, inclusive, de nuestra endémica inestabilidad política.

Ha hecho bien el presidente García en reservar en su gobierno un entorno de confianza lo más alejado posible de la actual turbulencia política y electoral, para volcarlo justamente a las tareas propias de las...

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