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Vincent

"Fue una experiencia dura al principio, pero yo volvería a servir en el Ejército”

Ingresé al Ejército en junio de 1980, cuando tenía 16 años. En ese entonces el servicio era obligatorio, pero a mí me gustaba la idea de servir a la patria. Siempre hubo esa idea de que iba a ser duro y difícil, y adentro me di cuenta de que era cierto. Todo estaba medido en base al rendimiento físico. Si ibas a tomar desayuno, por ejemplo, tenías que hacer 50 planchas; si no las hacías, no comías. Los cabos nos llamaban ‘perros’ durante el primer mes y medio de reclutamiento, luego ya te veían como a un soldado. Nos daban una propina mensual de S/.30 dependiendo del grado que tenías. Fue una experiencia dura al principio, pero luego que me adapté me empezó a gustar. Me enseñaron a querer más a mi patria, por eso, si pudiera, volvería a servir en el Ejército.

EDUARDO LINO DÍAZ

CHOFER

"Ingresé a la Marina por curiosidad, pero fue solo una pérdida de tiempo”

Cuando cumplí 19 años, en el 2003, me inscribí como voluntario en la Marina. Siempre me llamó la atención la vida en los barcos, así que me ofrecí. Éramos como dos mil jóvenes, pero solo entramos 500. Los tres primeros meses de reclutamiento son los peores. Los más antiguos te reciben con maltratos, no te dejan dormir, te quitan la comida, te hacen sufrir… A mí me dieron con palo varias veces, pero ya cuando pasas esa etapa empieza la especialización. Yo opté por ser guardacosta, que era una de las especialidades más tranquilas. Nos daban una propina de S/.54 mensuales y luego se duplicó. Lo que sí fue bueno es la comida. Creo...

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