La tensión sectaria reaviva una guerra silenciosa en Líbano

Por Laura J Varo. Especial para El Comercio

Beirut. ?Líbano es como el mar, puedes nadar lo que quieras, pero si llegas demasiado lejos, también puedes morir?. No se trata de un proverbio árabe, es solo la frase de un hombre escondido en Trípoli, la capital del norte del país de los cedros.

Se niega a revelar su nombre, tiene miedo a ahogarse: es sirio, trabaja desde Líbano para los rebeldes que mantienen una guerra contra el régimen de Bashar al Asad y vive en el Valle de la Bekaa, el territorio del partido-milicia chiita y prosirio Hezbolá. ?Los servicios secretos están en todas partes?, dice. En Líbano la guerra es más silenciosa, pero también deja muertos.

El 19 de octubre un carro-bomba mató en Beirut al jefe de los servicios de la inteligencia policial libanesa, Wissam al Hassan, quien se había convertido en un símbolo para las facciones antisirias. No es el primero que muere asesinado en similares circunstancias. Desde el 2006 varios atentados han acabado con la vida de personalidades de todas las confesiones. La oposición siempre ha acusado a Siria y a sus ?lobos? en el interior: Hezbolá, cuyo arsenal es capaz de anular al ejército nacional, según explican opositores que prefieren mantener el anonimato.

El mensaje cala entre la población, que ha protagonizado en los últimos días plantones a las puertas de la residencia del primer ministro, cuya imagen se exhibe mutilada en varios carteles. ?Solo un grupo tiene la posibilidad de actuar con esos explosivos?, declaró un diputado cristiano desde el mismo lugar del atentado apenas una hora después. Para la oposición, señalar a Hezbolá es decir Bashar al Asad y el actual gobierno prosirio es el enemigo.

UNA COMPLEJA PARTIDALos lazos que unen Siria y Líbano son antiguos y se anudan de forma caprichosa. ?Es muy difícil separar a uno del otro?, explica Burham, un joven refugiado de Homs, provincia siria que se ha convertido en un bastión de rebeldes sirios. ?Aquí estamos en casa?, agrega. Líbano es, para muchos, parte de Siria.

La muerte de Al Hassan ha removido el equilibrio sectario en el ?país esponja?, como lo definió el historiador y economista libanés...

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