La sobrepesca como externalidad

La sobrepesca es un fenómeno que afecta a algunas de las especies más demandadas y comunes tales como anchoas, sardinas, bacalao, arenques, ballenas, etc. La sobrepesca se define como el nivel de captura excesivo de una especie por unidad de tiempo en relación con su reserva y su capacidad de regeneración. Tipifica un fenómeno de externalidades resultante de la explotación de un bien público o de libre acceso. Todo el mundo tiene acceso a los recursos del mar; el volumen de captura de cada uno dependerá de sus conocimientos, capacidades tecnológicas, recursos económicos, etc. La inversión que realiza el pescador está en sus instrumentos de captura, no en el recurso que cosecha; éste es libre. Tenderá, por lo tanto, a maximizar el uso de lo que a él le cuesta: su inversión en barcos, aparejos, sus gastos de operación, etc. Mientras más capturas logre, mayor será el rendimiento de su capital, ya que el precio de los peces en su medio y en ausencia de regulaciones es cero.

Se trata de una externalidad recíproca que tiene dos dimensiones: un efecto inmediato se manifiesta como un aumento de esfuerzo necesario por unidad de captura. Al disminuir la reserva habrá que aumentar el esfuerzo pesquero desplazándose a distancias mayores, capturando más para lograr el mismo volumen, hacerlo más rápidamente para anticiparse a los competidores potenciales, etc. La segunda dimensión es intertemporal, en el futuro, al agotarse la reserva, habrá que buscar nuevos caladeros, pescar sustitutos de menor valor y rendimiento, mantener ocioso parte del capital, etc. Además, habrá efectos sobre el resto del ecosistema marino por haberse eliminado un elemento de la cadena trófica, afectando así a otras especies (mayor abundancia de krill por la captura intensiva de sus predadores, ballenas que han reducido drásticamente sus poblaciones; menos cormoranes porque sus presas, anchovetas, han sido diezmadas por la sobrecaptura. Estas externalidades que algunos quieren suponer puramente ecológicas, tienen, sin embargo, un impacto económico evidente.

Los indicadores básicos para identificar una situación de sobrepesca son:

*disminución de capturas por unidad de esfuerzo pesquero adicional, o en términos económicos una producción marginal decreciente por unidad marginal (adicional) de esfuerzo pesquero;

*regresión en el tamaño y la edad de los peces capturados, como resultante de la rarificación de peces adultos, cuya esperanza de vida disminuye como consecuencia de la mayor presión que supone la pesca;

*aumento del ritmo de crecimiento individual: los individuos jóvenes de una reserva se favorecen con la disminución de la competencia intraespecie, que les permite tener acceso una mayor cantidad de alimentos, lo que acelera su crecimiento.

La preocupación por la sobrepesca se manifestó ya en las primeras décadas del siglo, al constatarse la disminución de las reservas de platija (1902), fletán (1905) y bacalao (1920). Sin embargo, el fenómeno se ha acentuado progresivamente en las últimas tres décadas, afectando en mayor o menor medida a la mayoría de las principales especies comerciales. En la primera mitad de la década de los cuarenta fue el colapso de la sardina del Pacífico norte. Entre 1950 y 1960 disminuyeron las reservas de bacalao en la plataforma...

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