El síndrome Conga

Por Juan Saldarriaga

De Conga se han dicho muchas cosas. Principalmente, que ha marcado un antes y un después en la forma de afrontar los conflictos sociales en minería. ¿Sostener esta apreciación es dar mucho crédito a los ambientalistas antimineros que frustraron su desarrollo?

Las recientes asonadas populares registradas en Cañariaco (Lambayeque), parecen confirmar la noción de que Conga tiene un efecto nocivo sobre otros proyectos mineros.

¿Es así en efecto? ¿Cuál es el riesgo de contagio sobre este y los demás proyectos que forman la cartera de inversiones mineras comprometidas para la presente década (US$ 55.000 millones)?

FRANQUICIA CONGASegún Marita Chappuis, ex directora general de minería del Minem, es válido hablar de una ?franquicia Conga?, es decir, de una metodología afiatada en este frente de conflicto, que los antimineros de Cajamarca pretenden imponer en todo el Perú.

Ciertamente, Conga no ha sido el primer proyecto truncado por los activistas antimineros en nuestro país. Pero su resonancia sí ha sido más amplia.

En opinión de Miguel Santillana, investigador del Instituto Peruano de Economía (IPE), lo ocurrido en Conga constituye un hito para los ambientalistas antimineros, pues lograron desarrollar allí ?un exitoso ensayo a gran escala? que ahora están proyectando a nivel nacional.

?En Conga aprendieron más cosas, como estrategias de manejo de poblaciones y de comunicación con las que desinforman de la manera más abyecta?, señaló.

Para Lucio Ríos, ex vicepresidente de BHP Billiton Tintaya y experto en relaciones comunitarias, no existen recetas exitosas para paralizar proyectos mineros, pues ?si las empresas y el Estado responden con transparencia y disposición al diálogo, el problema se solucionará, aunque tome tiempo?.

Citó, como ejemplo, lo acontecido en Moquegua y Arequipa, donde las autoridades regionales lideraron el diálogo para llegar a acuerdos con las empresas mineras, ?a diferencia de lo que sucede en Cajamarca, donde el Estado está fraccionado?.

En su opinión, los conflictos se suelen originar por un relacionamiento comunitario inadecuado y por la rapidez con que a veces las empresas mineras desean obtener permisos de parte las comunidades.

?Si a ello se agrega una injerencia foránea, que entrena a las comunidades para enfrentar a las compañías, tenemos entonces un problema. Estas ingratas experiencias nos deben enseñar a manejar cada vez mejor las cosas?, agregó.

SÓLIDO SUREn ese orden de ideas, José Luis...

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