La selva dentro del campamento

Por Manuel Marticorena

Los campamentos petroleros de la selva son cuarteles donde no entra ni sale ningún trabajador sin autorización de la empresa. Nadie puede entablar libremente contacto con los nativos de la zona a menos que pertenezca al equipo de relaciones comunitarias o de responsabilidad social. Las petroleras se han impuesto estas normas para no alterar el ambiente ni a los pueblos de las zonas circundantes.

Hoy los trabajadores de lotes petroleros ubicados en la selva (alrededor de ocho) llegan al campamento por aire: comen, duermen y laboran dentro de esta área por 15 días continuos de trabajo, sin ver la calle.

Según normas corporativas, el empleado no puede fumar, consumir alcohol, tener relaciones sexuales ni siquiera mantener un flirteo en el campamento, aún en sus tiempos de descanso. De incumplir estas exigencias corre el riesgo de ser despedido, pues estas son consideradas faltas graves.

Félix, un trabajador petrolero del campamento de Trompeteros, cuenta que hace unos veinte años la vida dentro de estas fortalezas no era así, ?era más divertida?. Al finalizar las horas de jornada los trabajadores podían salir de los campamentos hacia las poblaciones más cercanas e interactuar con la población, todo era más flexible.

?Cruzábamos el puente y podíamos tomarnos un caldito o tomarnos unas cervecitas en el pueblo?, recuerda.

CIUDADES CREADASEl campamento Trompeteros, ubicado en Loreto, fue instalado en 1972 y gradualmente se formó un pueblo cerca de él con gente nativa e inmigrantes que llegaban con la expectativa de trabajar en las operaciones petroleras. Carlos del Solar, geólogo que ha participado en las antiguas operaciones de Occidental en la selva entre los años 70 y 80, recuerda que al igual que Trompeteros se formaron otras poblaciones alrededor de campamentos petroleros, entre ellas Corrientes y Andoas.

?A Andoas llegó gente de la costa y de Ecuador buscando trabajo. Varios venían a ver si podían poner un negocio: una tiendecita o un bar?, refiere.

Con este grupo también llegó la prostitución a estos pueblos. No pocas veces esta actividad era permitida incluso dentro del propio campamento, según recuerda Félix.

Parte de esos años ?felices? también eran las celebraciones por Navidad y Año Nuevo. Según recuerda el trabajador petrolero, la empresa ?en ese entonces Petro-Perú? se preocupaba por agasajar a los trabajadores para que no extrañaran a sus familias en esas fechas que suelen ser sensibles y de gran nostalgia.

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