Lo que nos queda

Por Carlos Meléndez. Politólogo

Un análisis sistemático de los hechos del 2012 nos puede ayudar a develar las principales características del funcionamiento de la política peruana. La ausencia de partidos enraizados no nos ha conducido al desgobierno, todo lo contrario. El presidente Humala goza de una mediana popularidad, la primera dama es la figura política con más futuro y los peruanos pasaremos el almanaque con más expectativas que pesimismos.

Considero que el actual gobierno viene ensayando un perfil propio tratando de guardar distancia con el modelo del piloto automático. El poder bicéfalo ?qué dudas caben? consiste en el presidente Humala en el rol de policía malo (del provocador ?Conga va? al reflejo primario de los estados de emergencia) y en Heredia perfeccionando la sonrisa Kolynos ante las cámaras (de la mano de ?sus? ministras sociales).

La vía de la mano dura demostró su caducidad. Valdés Dancuart, su ministro ?símbolo?, fue expectorado sin pena ni gloria. Las carteras de orden interno han deambulado sin norte político. La apuesta militar en el VRAE ha sido a todas luces un fracaso. Solo cuando se le puso más ?rostro social? (por ejemplo, Beca 18 en los valles cocaleros) la situación empezó a mejorar. Heredia comprendió que tenía que ser menos groupie de estrellas de paso y más ?motor y motivo?. Quedó claro que no se necesita un primer ministro autónomo (Lerner, Valdés) sino uno que reconozca y asuma su lugar en la casa (Jiménez).

La principal oposición sigue siendo la conflictividad social. El hecho de que las tensiones hayan disminuido no nos debe hacer pasar por alto el dolor por los fallecidos (civiles y fuerzas del orden) y la bronca acumulada por la indiferencia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR