Los pro del pro

Por JERÓNIMO PIMENTEL.En uno de sus famosos retratos, Truman Capote cuenta que para Humphrey Bogart la condición de ?profesional? era ?una medalla de platino que habría de ser repartida entre personas cuyo comportamiento aprobaba?. ?Holgazán?, por otro lado, era ?cualquier individuo que le sacaba el cuerpo al trabajo?. Hace unas semanas José María Bakero renunció al Aurich y dijo que al jugador peruano ?hay que enseñarle a ser profesional?. Que el nuestro era un fútbol de sobrevivencia. No se puede desestimar la calidad de sus argumentos por la pobre campaña que hizo al frente del los chiclayanos.De hecho, una cosa explica a la otra. Días después, Jorge Luis Pinto, luego de clasificar a Costa Rica a Brasil 2014, comentó que al jugador peruano le gustaba mucho la noche y le faltaba disciplina. Experiencia tiene: tuvo que convertirse en una suerte de acosador oficial para tener éxito como entrenador de Alianza. Bien, ¿cuántos jugadores peruanos son profesionales? Es decir, cuántos se rigen por un sistema de valores, respetan su vocación, hacen lo posible por trabajar sobre sus defectos y perfeccionar sus virtudes; cuántos son en verdad competitivos, tienen ambición, entienden que el éxito se mide no solo partido a partido sino como una forma de consistencia a lo largo de una carrera...

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