Presentación
| Autor | Luis Castillo Córdova |
| Páginas | 7-8 |
Cuadernos sobre Jurisprudencia Constitucional - N° 10 - Julio 2015
La idiosincrasia peruana es muy especial por muchas razones.
Esta singularidad se maniesta en todos los ámbitos de la
existencia colectiva, también en la judicial, aunque —por
desgracia— en este ámbito no aparecerá precisamente lo mejor de
esa forma de ser especial. Los altos índices de informalidad y los
aun importantes niveles de inecacia y corrupción que lamenta-
blemente siguen aquejando al servicio público de administración
de justicia en el Perú, han dado como resultado que determinadas
categorías, conceptos o instituciones jurídicas, perladas acaba-
damente en la ciencia jurídica, deban ser reformuladas y a veces
reinventadas para poder operar en el concreto sistema jurídico
peruano.
Hace ya varios años tuve la oportunidad de estar en El Cairo
y recuerdo que me impactó la forma como se desenvolvía el trá-
co vehicular. Tal como lo percibía yo, era un modo sumamente
caótico y altamente peligroso, pero que extraordinariamente no
solo no provocaba accidentes sino que además no impedía el dia-
rio desenvolvimiento de los ciudadanos. Pensé inmediatamente
que era posible que esos conductores con la destreza (también
preventiva y de seguridad) que habían alcanzado y el instinto que
habían logrado desarrollar, estaban en condiciones de conducir
con éxito en cualquier carretera del mundo, naturalmente con un
mínimo de inducción a las concretas señalizaciones y reglas de
tráco de cada país. Luego he pensado que quizá, y solo quizá,
algo semejante pueda ocurrir con el modo de hacer y ejercer el
Derecho en realidades concretas como la peruana. Quizá quienes
logren con éxito hacer ciencia jurídica en el Perú, hayan logrado
la habilidad suciente para estar en condiciones de hacer ciencia
jurídica triunfalmente también en cualquier parte del mundo.
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