¿Operación impecable?

Por Jaime Antezana (*)

El lunes 9 de abril se produjo el segundo secuestro de trabajadores de empresas vinculadas al consorcio Camisea. Veamos por qué la operación militar-policial es un fracaso.

Primero, el gobierno reaccionó lentamente y el secuestro les cayó sin que las FF.AA. lo presagiaran, siendo su responsabilidad combatir a este grupo armado. En realidad, develó la ausencia de inteligencia en la zona de Kepashiato y la falta de seguridad de los campamentos de las empresas afectadas. Dos procesos que no pudieron pasar inadvertidos hacen injustificable esa ausencia. Uno: las columnas armadas de ?Gabriel? controlan desde el año 2008 Kepashiato, así como el distrito de Vilcabamba y la parte alta de Kimbiri. Se trata del control de las rutas de la droga. Por Kepashiato la droga desciende por el bajo Urubamba para dirigirse hacia Brasil, y por Vilcabamba la droga sale hacia Quillabamba para dirigirse hacia Cusco, Juliaca y Bolivia o Huancarama (Andahuaylas) para salir hacia Abancay y seguir hacia Juliaca y Bolivia. Dos: desde hace más de un año y medio han ocurrido hechos de violencia perpetrados por las columnas de ?Gabriel?. El 29 de diciembre del 2010, se emboscó una unidad policial y se asesinó cruelmente a tres policías. El 4 de junio, un día antes de la segunda vuelta de las elecciones, se emboscó a una patrulla militar y 5 soldados murieron. Y el 6 de febrero de este año, se atacó la comisaría de Vilcabamba, que dejó dos policías heridos.

En segundo lugar, se derribó un helicóptero no blindado que costó la vida de la oficial Nancy Flores Páucar y, sobre todo, el abandono de tres policías. A ese hecho indigno se añade que muchos policías y militares eran jóvenes que recientemente habían salido de su preparación y no conocían la selva. Es decir, hubo...

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