El Nobel para un trovador

Por Enrique PlanasRey de la canción protesta, poeta del rock reconvertido en ícono country. Gurú sesentero (a su pesar), piedra rodante, desafiante y eléctrica. Cristiano converso y artista fiel de Columbia Records. Y desde hoy, uno de los más polémicos premios Nobel. Bob Dylan o Robert Allen Zimmerman recibió la llamada de la Academia Sueca en medio de una gira por Estados Unidos.Dylan se ajusta a lo que proponía Alfred Nobel en su testamento, donde proponía distinguir a "quien haya producido la obra literaria más notable en el sentido del idealismo". En efecto, pocos autores como Dylan encarnan los ideales del movimiento pacifista, por los derechos civiles y el hippismo de los 60, que volvió himnos temas como "Blowiny#8217; in the Wind" y "The Times They Are A-Changin".Cuando a la 1 de la tarde Sara Danius, secretaria permanente de la Academia, anunció al músico como ganador, una ovación se hizo oír en las esquinas de la Ciudad Vieja de Estocolmo. Ese premio había roto con la tradición: por primera vez se elegía a alguien considerado primordialmente un músico.Muchos corrieron al tornamesa para poner a girar sus discos y celebrar la noticia. En Madrid, el escritor peruano Sergio Galarza siente el premio como suyo: ?Después de tantos milagros, Bob Dylan ha sido beatificado con el Nobel. Dylan es del pueblo y punto?, afirma. Para su colega Edmundo Paz Soldán, las canciones de Dylan no solo conectan de manera brillante con la poesía y la narrativa, sino que son también socialmente relevantes. ?Es, bien mirado, un candidato ideal. Con el premio de Aleixievich y este, el Nobel se reinventa para el siglo XXI y amplía su mirada?, afirma el boliviano. Sin embargo, no todos los escritores están satisfechos. Guillermo Niño de...

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