Laberinto y soledad los pueblos indígenas desde la obra de Octavio Paz y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos

AutorM. Abraham García Chávarri
Páginas279-284
LABERINTO
Y
SOLEDAD
LOS
PUEBLOS
INDÍGENAS
DESDE
LA
OBRA
DE
OCTAVIO
PAZ
Y
EL
DERECHO
INTERNACIONAL
DE
LOS
DERECHOS
HUMANOS
M.
ABRAHAM
GARCÍA
CHÁVARRI
Alumno
de
séptimo
ciclo
de
la
Facultad
de
Derecho
de
la
Pontificia
Universidad
Católica
del
Peru.
Miembro
de
la
Asociación
Civil
Foro
Académico.
Viejo
o
adolescente,
criollo
o
mestizo,
general,
obrero
o
licenciado,
el
mexicano
se
me
aparece
como
un
ser
que
se
encierra
y
se
preserva:
máscara
el
rostro
y
máscara
la
sonrisa.
0CTAVIO PAZ
Sumario:
1.
Explicaciones
liminares
2.
El
laberinto
de
la
soledad
3.
Algunas
notas
sobre
el
estado
de
la
cuestión
de
los
derechos
de
los
pueblos
indígenas
en
el
Derecho
Internacional:
Sistema
Universal,
Sistema
Interamericano
4.
Consideraciones
finales.
El
propósito
del
presente
texto
es
el
del
comentario.
Los
párrafos
que
lo
componen
son
grandes
pinceladas
de
una
de
las
obras
más
célebres
de
Octavio
Paz.
También
son
la
intención
de
demorarse
en
un
aspecto
de
ella,
un
fragmento:
el
tema
de
los
pueblos
indígenas,
y
volver
sobre
él
(la
reflexión
es
una
vuelta).
Cierra
este
trabajo
un
sucinto
estado
de
la
cuestión
sobre
la
situación
de
los
derechos
de
los
pueblos
indígenas
a
partir
de
los
sistemas
internacional
y
regional
de
protección
de
los
derechos
humanos.
La
línea
común
quede
adver-
tida.
1.
Explicaciones
liminares
Octavio
Paz
nació
en
Ciudad
de
México
el
último
día
de
marzo
de
1914 y
murió
en
abril
de
1998.
En
Berlín,
a
menos
de
un
mes,
el
tres
de
mayo
del
mismo
año,
Mario
Vargas
Llosa
escribía
bajo
la
forma
de
un
bello
artículo
periodístico
-a
la
vez
ceremonia
de
efemérides-
que
"más
pronto
que
tarde,
fuera
y
dentro,
México
será
visto,
soñado,
amado
y
odiado,
en
la
versión
de
Octavio
Paz"
1
La
opinión
de
nuestro
primer
literato
es
justa,
pues
un
breve
repaso
a
la
prolífica
obra
de
Paz
evidencia
tanto
su
devoción
por
la
musa
E
rato
cuanto
su
compromiso
intelectual
por
la
realidad
mexicana
(que
a
un
tiempo
es
también
la
realidad
latinoamericana).
Paz
es,
en
lo
esencial,
exquisito
poeta
y
riguroso
ensayista.
Su
quehacer
literario
entrelaza
con
maestría
sus
dos
obsesiones:
la
poe-
sía
-que,
como
dice
él
mismo
2,
pone
entre
paréntesis
el
fin
natural
del
lenguaje,
la
comunicación-
y
México
-al
que
padece
y
repiensa
incesantemente,
odia
y
ama,
en
verso
de
Catulo-.
Su
obra
está
impresa
por
el
esfuerzo
de
desentrañar
México
y
presentárnoslo
en
su
complejidad.
Octavio
Paz
es
pues,
con
todo
el
temor
particular
que
puede
dar
la
declaración
3,
un
intelectual
no
sólo
comprometido
con
el
'
VARGAS
LLOSA,
Mario.
El
lenguaje
de
la
pasión.
Lima:
Peisa,
2001.
p.
198.
2
PAZ,
Octavio.
La
llama
doble.
Amor
y erotismo. Barcelona: Galaxia
Gutenberg,
1997.
p.
13.
3
Como
dice
Osear
Wilde,
"Todo
arte
es
completamente
inutil".
A
ello
agrega
Emil
Ciaran:
"La
poesía
se
deprava
cuando
se
hace
permeable
a
la
Foro Jurídico
arte
sino
también
con
su
realidad
social,
con
su
condición
inevitable
e
irreversible
de
mexicano.
Estando
fuera
de
México,
cuando
trabajaba
en
la
embajada
de
su
país
en
Francia,
Paz
escribió
este
libro
-o
se
exorcizó
de
él,
como
hubo
de
confesarle
en
una
carta
a
su
amigo,
el
también
intelectual,
Alfonso
Reyes-
entre
los
años
de
1948 y 1949.
El
laberinto
de
la
soledad
apareció
en
1950
y,
luego,
en
una
segunda
edición
aumen-
tada,
en
1955.
La
temática
del
libro,
por
cierto,
fue
anterior
a
su
publicación,
y
continuó
motivando
la
observación
crítica
del
autor
a
lo
largo
de
su
vida,
como
lo
demuestra
su
conocida
Postdata
de
1970.
Con
un
abuelo
escritor
y
partidario
del
despotismo
liberal
ilustra-
do de
Porfirio
Díaz
(lreneo
Paz),
y
con
su
padre,
un
diputado
de
las
filas
de
Emiliano
Zapata
(Octavio
Paz
Solórzano);
el
joven
Octavio
Paz
no
fue
ajeno
al
interés
político
ni
a
su
juego
de
cortapisas
y
traiciones
4.
El
laberinto
de
la
soledad
fue
duramente
criticado
por
un
sector
de
la
intelectualidad
de
aquella
época,
el
cual
consideraba
un
insulto
a
la
mexicanidad
lo
contenido
en
aquel
libro.
La
obra
fue
calificada,
precisamente
por
aquellos
que
también
habían
intentado
una
explicación
de
México
desde
el
marxismo
o
el
psicoanálisis
freu-
diano
(con
resultado
mucho
más
inferior;
la
crítica
del
tiempo
así
lo
demuestra),
como
un
conjunto
de
inexactitudes
y
errores
de
aprecia-
ción,
de
gruesos
excesos
históricos
y
muchas
licencias
interpretativas.
Paz
señalaría
por
esas
épocas
que
su
producción
no
pretendió
nun-
ca
ser
un
estudio
sociológico,
psicológico
o
de
la
historia
mexicana,
sino
un
sencillo
libro
de
ensayos,
una
tentativa
de
exhumación.
El
Laberinto
de
la
soledad
es
un
libro
cardinal
para
entender
un
México
vasto
y
fragmentario.
Pero
además,
y
conforme
los
dedos
avanzan
sus
páginas,
se
descubre
la
estrechísima
semejanza
entre
las
realidades
mexicana
y
peruana.
Es
más,
en
la
obra
de
Octavio
profecía
o a
la
doctrina:
la
misión
ahoga
el
canto,
la
idea
entorpece
el
vuelo.
El
lado
generoso
de
Shelley
vuelve
caduca
la
mayor
parte
su
obra:
Shakespeare.
felizmente,
nunca
ha
servido
para
nada".
4
V.
gr.
lreneo
Paz
sufrió
prisión
política,
según
la
orden
dictada
por
el
mismo
Porfirio
Díaz.
.279

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