Entre la inclusión y la discriminación

Por Especialista en trata de personas

Discriminar al otro, a quien es diferente, es un problema histórico que preocupa al mundo de hoy. El ?bullying?, el racismo y la xenofobia son diversas formas de expresión de un mismo fenómeno. En el Perú no somos distintos: se discrimina al más gordo, al afeminado, al moreno, al blanco, al cholo, al pobre, al provinciano, a la población LGTBI, y, ahora, al extranjero. La discriminación, más aún si viene acompañada de estigmatización, conduce a la vulnerabilidad de las personas.Por vulnerabilidad entendemos el conjunto de factores o condiciones que establecen la posibilidad de sufrir un daño o perjuicio. Desde lo individual, características personales, así como el entorno cercano o familiar, pueden exponer a la persona a situaciones de riesgo. Desde lo social, la pobreza, la inequidad, la afectación de derechos, la inseguridad o la migración irregular son variables que pueden incrementar la vulnerabilidad.En el caso de la trata de personas existen dos potenciadores de la vulnerabilidad: las necesidades de la víctima y la trama de engaño que urde el tratante. La intensidad y diversidad de la necesidad varía de una persona a otra y de un día para otro. Cuando la necesidad es más urgente, la víctima es más vulnerable. El engaño, segundo potenciador, es la estrategia preferida de los explotadores y el desarraigo de la víctima migrante favorece que se deje engatusar, pues la víctima desconoce la geografía, las costumbres y la realidad de donde se encuentra. El desconocimiento incrementa su indefensión.La migración, bajo condiciones de irregularidad, está asociada a la trata de personas. Ese flujo informal de personas es, probablemente, el que está más expuesto a caer en las redes de crimen organizado o en manos de tratantes durante el camino o en el lugar de destino.Del total de extranjeros en el Perú, el INEI (diciembre 2019) ha establecido que el 47,7% son mujeres y que la principal concentración de este grupo se encuentra entre los 15 y 35 años, rango etario que corresponde a las mujeres explotadas sexualmente en el Perú. Hay un número no definido de migrantes irregulares, facilitado por una frontera porosa, y del que dan cuenta los operativos policiales. Varios de ellos víctimas del tráfico ilícito de migrantes.La vulnerabilidad se incrementa ante la falta de oportunidades para emerger. O, dicho de otra manera...

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