La impunidad, la soberana de las pistas

Por Pedro Ortiz Bisso. PeriodistaUn sistema perverso, que protege al infractor y no atiende a la víctima o a sus deudos, es el culpable de que una niña de 3 años y una joven de 26 hayan muerto atropelladas el pasado lunes, en un paradero de la Carretera Central, en Ate.¿Por qué un chofer que tenía 98 papeletas, 60 de ellas por faltas graves o muy graves, seguía conduciendo y, peor aun, ebrio? Individualizar al responsable en la Policía de Tránsito, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) o en El Chosicano, la empresa de transportes a la que pertenece este indeseable, no es correcto. El error se encuentra en toda la cadena, en la manera casi calculada como ha sido concebida para permitir que la impunidad campee y se ría de quien la sufre.El problema no son las normas; es más, las que tenemos son estrictas. Se sanciona desde la conducta temeraria del chofer hasta si maneja mientras habla por teléfono celular o usa el claxon en exceso. Y si estando ebrios atropellan y matan, van a la cárcel. Pero ni eso los arredra.Hasta el 4 de julio último, la policía había aplicado 4.618 papeletas por conducir en estado de ebriedad, lo que representa casi 1.200 más que las impuestas el 2012 en el mismo período. Y aquellos que, además, ocasionaron accidentes sumaron 1.449, es decir, 268 más que el año pasado.La amenaza de quitarles el brevete no les provoca ni cosquillas. La alegre señora que hace algunas noches se bajó el pantalón frente a las cámaras de televisión es una penosa muestra de ello.La completa ausencia de respeto a la autoridad se expresa en otra cifra: Nada menos que 6.470 conductores fueron sorprendidos manejando sin licencia, 466 más que el...

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