Otra fuente de oro blanco

AutorThe Economist

Imagínese un país en Sudamérica que es pro empresa, atractivo para la inversión extranjeray que ofrece estabilidad política para la inversión de largo plazo. Muchos pensarían en Chile, pero cuando se trata de litio, metall utilizado para baterías en vehículos eléctricos y teléIligeroysalino fonos móviles, el país en cuestión es su disfuncional vecina, Argentina, más conocida por su inflación de tres dígitos y por pelearse con el FMI.

Funcionarios de ese país se han embarcado en una ofensiva promotora, desde Washingtona Londres, con un mensaje seductor: su sector minero está listo para hacer negocios. La transición a las energías verdes ha hecho del litio uno de los metales más buscados. Este año, el precio del carbonato de litio (LiCO), materia prima para baterías, se disparó de un promedio a cinco años de US$ 14,000 por TM a más de US$ 80,000.

Según la consultora Benchmark Mineral Intelligence, con el aumento de las ventas de vehículos eléctricos, la demanda por LICO se incrementará de 600,000 TM este año a 2.4 millones el 2030. Aunque el litio es abundante, la oferta está teniendo problemas para mantener el ritmo, así que ha comenzado la búsqueda de yacimientos baratos para construir minas que cubran la creciente demanda.

Casi dos tercios de las reservas de litio del mundo están en las planicies andinas de Argentina, Boliviay Chile el "triángulo del litio". Bolivia lidera, pero las empresas solo los pueden explotar si logran un acuerdo con la firma estatal que posee los derechos. La volatilidad política y la falta de conocimiento técnico no han ayudado. El 2016, el viceministro del Interior murió a manos de mineros.

Chile solía ser la superpotencia mundial, pero el 2017 fue superado por Australia. Allí también los yacimientos son propiedad del Estado, que entrega mediante contratos a empresas privadas. El 2016 y el 2018, el Gobierno introdujo nuevas reglas, como vender el metal con un descuento de 25% en Chile a fin de impulsar la industria local.

En Argentina, en cambio, el litio no es considerado un recurso estratégico y el Estado juega un papel pequeño. La Constitución otorga a las 23 provincias del país el derecho a concesionar tierras. Una ley de 1993 establece que los proyectos mineros no pueden ser gravados con nuevos impuestos durante 30 años. Las regalías están fijadas en 3%, frente a un rango de 7%- 40% en Chile.

Esto ha atraído capital. Unos de 40 proyectos de litio se hallan en exploración, más que en cualquier otro...

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