Cómo formar mejores hombres de negocios

Cuando comenzó a quedar al descubierto la magnitud y profundidad de la crisis, los analistas se declararon asombrados ante la evidencia que aparecía como explicación de lo sucedido: ocultamiento de información, regulaciones y reguladores que no hacían su trabajo, responsables por debacles que dejaban las ruinas que ellos mismos habían creado con indemnizaciones millonarias, entre otros despropósitos. Desde cualquier prisma de análisis, los problemas observados no eran de incapacidad técnica, sino más bien producto de faltas graves a la ética, negligencias o distorsiones gravísimas, causadas por reglas del juego mal concebidas o mal reguladas.

La profunda desconfianza en los mercados, en las empresas y en sus ejecutivos que vino a continuación, unida a la necesidad de encontrar responsables por lo sucedido, derivó en que los ojos de la crítica no tardaron en preguntarse por la responsabilidad que cabía a las escuelas de negocios. Mal que mal, ellas había sido el campo de entrenamiento de los villanos de cuello blanco y modales refinados que generaron el desaguisado.

Con ello en mente, propongo que las escuelas de negocios consideren el desarrollo de dos competencias básicas en los ejecutivos, una de las cuales ha estado presente a medias, mientras que la otra nunca ha sido parte del vocabulario de las escuelas de negocios:

Capacidad para reconocer y valorar las variables del entorno de negocios, y capacidad para valorar y buscar armonía en la gestión de las organizaciones.

ENTORNOFormar en finanzas, márketing, operaciones, estrategia, microeconomía y macroeconomía, e incluso tópicos como recursos humanos, ya no basta. Los líderes de negocios necesitan también contar con habilidades que les permitan operar con éxito en un mundo de comunicaciones democratizadas y de alta preocupación medioambiental.

Un ejemplo notable de esto lo constituye el de la empresa chilena productora de celulosa Celco, que vio paralizada una inversión de US$ 1.200 millones cuando las comunidades organizadas se rebelaron ante la muerte de un grupo de cisnes (no de niños o ancianos ¡de cisnes!), como consecuencia de la contaminación que sus desechos industriales causaron sobre las aguas de un río en el sur de Chile.

Esta capacidad de gestionar empresas con una sensibilidad que incluya la realidad social, económica, geográfica, ambiental y cultural del entorno del cual toda empresa forma parte, constituye uno de los más formidables desafíos para las escuelas que formarán...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR