¡Que explote todo!

Por Periodista

tengo buenos amigos ?precipitacionistas?, de esos que dicen: ?que se precipite todo de una buena vez para que esto acabe ya?. A raíz del debate sobre la cuestión de confianza, algunos de ellos me decían, incluso, que, aunque esta les parecía improcedente, el Congreso igual la debió votar y rechazar. Así hubiera llegado más rápido otra confianza y el duelo final. Nos ahorrábamos demandas competenciales y medidas cautelares.No es un razonamiento exclusivo de radicales, pues hay varios ?precipitacionistas? moderados. Es una forma de ser prácticos, asumiendo la tesis marxista que hoy es patrimonio de la humanidad: la agudización de las contradicciones para llegar a la revolución. En nuestro caso, a nuevas elecciones generales nomás. A esta gente le parece que más perdemos cada día con la corrosión sistémica de la corrupción que lo que perderíamos si se precipitara una confrontación final. Por ratos, yo mismo pienso así.¿Pero qué lleva a pensar que a punto de confrontación de poderes se resuelve la crisis? El que piensa así ha tirado la esponja de la negociación política, ya no cree ?ni lo sueña? que se puede llegar al mismo o mejor resultado conversando. Por el contrario, siempre creo que se debe negociar, pactar, cubiletear, conversar, llámesele como se le llame al intento de encauzar las tensiones por una vía pacífica.La OEA va a intentar pronto establecer una negociación, apenas esté listo el informe de la misión que nos visitó. Tiene, además, que corregir la impresión de que...

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