Evolución del financiamiento internacional en la amazonía: De Rondonia (brasil) a Madre de Dios (perú)

AutorMarc Dourojeanni (Perú)
Páginas199-214
El financiamiento internacional en la amazonía: De Rondonia a Madre de Dios
199
Evolución del financiamiento
internacional en la amazonía:
De Rondonia (Brasil) a Madre
de Dios (Perú)*
MARC DOUROJEANNI
RESUMEN
Los últimos treinta años han testimoniado una evolución
del comportamiento y de las interrelaciones de los bancos mul-
tilaterales y bilaterales de desarrollo y de las organizaciones no
gubernamentales (ONG) que representan a la sociedad civil con
relación a la Amazonía. El Banco Mundial (BM) y el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) pasaron de ser sentenciados
como vectores principales de la degradación del ambiente y de la
sociedad tradicional amazónica a ser, cada vez más, considerados
como la opción más deseable entre las disponibles para financiar
el desarrollo. Contextos económicos regionales más favorables y el
crecimiento de actores como la Corporación Andina de Fomento
(CAF) y el Banco Nacional de Desarrollo Social y Económico
del Brasil (BNDES), que son menos cuidadosos con los aspectos
ambientales y sociales, sustituyen al BM y al BID en el foco de
las preocupaciones de las organizaciones de la sociedad civil. Se
constata, en efecto, que los nuevos actores financieros repiten, espe-
cialmente en Madre de Dios (Perú), los mismos comportamientos
y errores cometidos tres décadas antes respectivamente por el BM
en Rondonia y por el BID en el Acre (Brasil).
* Bancos multilaterales y bilaterales, organizaciones no gubernamentales,
Amazonía, infraestructura.
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Marc Dourojeanni
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I. INTRODUCCIÓN
Hasta mediados de los años 1980 el BM y el BID eran reconocidos como
campeones del financiamiento de infraestructuras, especialmente carreteras, que
son el principal instrumento de la deforestación en países tropicales. Era público
y notorio el estímulo que esos bancos dieron a la colonización y a la actividad
ganadera extensiva, una de las que más contribuye a deteriorar bosques, suelos
y agua y también a mantener la población local en condiciones miserables. La
influencia de esos dos bancos fue especialmente determinante en la deforestación
y degradación del patrimonio natural de América Central, donde a la ganadería se
sumó el financiamiento directo e indirecto de la agricultura intensiva, como por
ejemplo plantaciones de banana. Todo eso, que está profusamente documentado
(Shane, 1980; Myers, 1980; Rich, 1986; Dourojeanni, 1990) ocurría a pesar de
que, en teoría, existía alguna preocupación ambiental en ambos bancos desde fines
de los años 1970, expresada en políticas elementales y basada en el esfuerzo de
muy pocos funcionarios sin capacidad efectiva de influenciar en las decisiones.
En 1980 el BM aceptó el pedido brasileño de financiar la pavimentación de
la carretera BR-364, entre Cuiabá (Mato Grosso) y Porto Velho (Rondonia) que
continuó, con otros nombres hasta los años 19901. Siguiendo las costumbres de
la época, eso que parecía apenas problema de ingenieros de transportes, se hizo
sin ningún cuidado especial, generando un movimiento migratorio tan fuerte
y caótico en esa región, que aún era literalmente intocada, que los conflictos
mortíferos con los indígenas aislados, la deforestación masiva y los problemas de
salud (Tucker et al., 1984; Fearnside, 1989) provocaron, finalmente, un enorme
escándalo mundial. Éste se sumó al provocado por un programa de trasmigración
de la densamente poblada Java a la por entonces casi intocada Kalimantan, la parte
indonesia de la isla de Borneo, con impactos sociales y ambientales muy parecidos
(Fearnside, 1997). La revista The Ecologist dedicó varios de sus primeros núme-
ros (1980 a 1987) a analizar el rol del Banco Mundial en esos y otros proyectos,
lo que fue en cierta forma rematado por una histórica publicación divulgativa
del Sierra Club cuyo título era “Bankrolling disasters: International Banks and
development” (Schwartzman, 1986) que, siendo simple y muy bien presentada
y mejor divulgada, resumió los hechos a nivel mundial y encausó las protestas.
Ambos hechos dieron como resultado la instrumentación ambiental de ese Banco,
en parte influenciada por presiones del Congreso de EEUU (Rich, 1986).
1 El autor de esta nota trabajó en ese proyecto como consultor ambiental internacional
para el BM y luego como funcionario del BM desde febrero de 1983 hasta diciembre
de 1989.
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