¿La estrategia clientelar?

Por Carlos Meléndez. Politólogo

Al final del primer año del gobierno de Humala, queda claro que su alineamiento programático hacia la centroderecha ha dejado descolocado a su electorado original, aquella izquierda que esperaba ?grandes transformaciones?. Al no cumplirse esas ofertas, se viene generando una decepción ideológica en, al menos, un tercio del electorado. De este modo, Humala va perdiendo a su base ?natural? (que ahora se moviliza en su contra), sin lograr conquistar nuevos seguidores. Termina contribuyendo a la sobrepoblación de políticos que le hacen guiños a la centro-derecha. Pierde su marca de nacimiento y se convierte en uno más del montón.

A diferencia de otros países, en el Perú un presidente impopular puede pasar piola entre Punta Sal y documentales para cable gringos. Sin embargo, un tercer período al hilo de piloto automático puede generar un malestar social de otro tipo, más agudo y menos condescendiente. Nótese que entre Toledo, García y Humala, el crecimiento de la conflictividad ha aumentado consistentemente. Lo nuevo es que Humala carga el costo político adicional de la decepción programática, lo cual se convierte en una motivación distinta para el ciudadano movilizado.

Entonces, nuestro presidente, ex ?outsider? radical y aprendiz de estadista, debe preguntarse: ¿cómo recuperar (o producir) el soporte social para los próximos cuatro años?, ¿o es que se puede dar el lujo de prescindir de seguidores de a pie y subsistir con el espaldarazo de los ?dueños del Perú Mining Company?? Quedan dos alternativas. La primera consiste en generar un arrastre popular basado en el liderazgo personal y carismático de la figura presidencial (primera dama, espere su turno). Pero la experiencia indica que nuestro...

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