Empresarios a la carga

Por Analista político

El presidente Castillo está atrapado. Si quisiera prestar oídos a las voces radicales que le piden cerrar el Congreso, carece del apoyo de las Fuerzas Armadas para ese fin y tampoco podría plantear cuestiones de confianza sobre la asamblea constituyente o sobre la nacionalización de recursos naturales porque suponen reformas constitucionales.Si, por el contrario, quisiera llamar a un premier capaz de convocar a buenos ministros para formar un gabinete de consenso, no podría hacerlo porque nadie le aceptaría. Tiene que buscarlo en los círculos internos del Gobierno y practicar el juego de las sillas. Su mejor opción sería que ese nuevo premier retire a los ministros más nocivos e incompetentes y busque un acuerdo con el Congreso para una transición ordenada.El cerco judicial se le estrecha cada vez más y le puede alcanzar antes de llegar a un arreglo y hasta cabe la posibilidad ?no se puede perder la esperanza? de que el Congreso finalmente no deje pasar el flagrante acto de encubrimiento personal del presidente a los prófugos de su entorno puesto de manifiesto en el despido del exministro González y declare la vacancia de la presidencia de la República.En ese sentido, tampoco podría plantear este 28 el adelanto de elecciones generales, como otros le aconsejan, porque el Congreso no le haría caso. Le quedaría presentar su renuncia al cargo de presidente, pero no lo hará por temor a terminar con sus huesos en la cárcel.Casi no tiene, pues, opciones. Está, efectivamente, atrapado. Pero mientras nada de esto se resuelve, quien está atrapado es principalmente el Perú. Y la llave para salir de esta cárcel puede estar en manos del sistema judicial o del Congreso, pero cada vez queda más claro que sin la presión de la sociedad civil y de la ciudadanía, esa llave no se usará.Lo interesante, en esta línea, ha sido la reacción inmediata y categórica del empresariado frente al despido del ministro González y lo que implicaba en términos de encubrimiento criminal. Llamó la atención, en...

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