Egos y márketing, esos demonios

Por Jorge Barraza. PeriodistaEl mundo vio, no sin cierta sorpresa ?o estupor?, cómo Cristiano Ronaldo celebraba de manera desenfrenada su gol al Atlético en la final de la Champions. Corriendo hacia las cámaras, gritando como quien mete los dedos en el enchufe, quitándose la camiseta para mostrar sus envidiables abdominales (una nota del diario ?As?, de Madrid, consigna que hace 3.000 por día), su físico sin un gramo de grasa. Y quedándose lo más posible para que fotógrafos y camarógrafos tuvieran tiempo suficiente de hacer su trabajo. Muy considerado. El asombro era por tratarse de un gol estadístico, sin importancia alguna: el cuarto de un 4 a 1, de penal, conseguido en el minuto 121, con el pleito totalmente resuelto y el Atlético ya entregado, y sobre todo porque quien festejaba desaforado era un hombre que no había hecho nada útil por la victoria ?no la tocó? y que parecía querer autoencumbrarse en figura apenas con un festejo, luego de una actuación fantasmal. Tan desmedido y prolongado show ?forzado, antinatural y fuera de lugar? molestó desde luego a los hinchas del Atlético, y al club mismo. Porque hay un límite ético en el deporte que exige respeto por el rival caído, aun cuando uno tenga el derecho a manifestar toda su alegría. Luego Cristiano explicó que tal frenesí en realidad tenía su justificación: lo estaban filmando especialmente para lo que será su primera incursión en el cine, que se llamará ?Ronaldo, la película?. O sea, era armado. O sea, ya estaba el márketing, ese monstruo distorsionador, metiendo la cola. Lamentable.Más perplejidad: cómo a segundos de alcanzar la gloria en el torneo más fuerte del mundo de clubes, el jugador Cristiano está más pendiente de una cuestión comercial que de la feliz circunstancia presente. Ahí, ?con las pulsaciones a mil?, como dicen los propios futbolistas para justificarse cuando cometen un desatino.Pero cuando ese capítulo ya entraba en camino de ser anécdota, surgió otro, más sorprendente aun: Televisión Española (TVE) difundió tres días después un video...

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