¿Durmiendo con el enemigo?

Por Jorge Ruiz De Somocurcio. *

La relación entre el Gobierno Nacional y la Municipalidad de Lima pocas veces ha sido buena. Recordemos el sabotaje del primer gobierno de Alan García a Alfonso Barrantes, o el recorte de competencias de Alberto Fujimori a Alberto Andrade, las que luego fueron restituidas parcialmente por Valentín Paniagua.

Pasando por la nula coordinación entre Luis Castañeda y Alan García, llegamos hasta hoy en donde el gobierno de Ollanta Humala y la administración de Susana Villarán no consiguen armar una agenda común para beneficio de Lima Metropolitana.

En todos estos desencuentros, quien pierde es la ciudad, más aun mientras se mantenga también una superposición de competencias.

Tienen injerencia en la ciudad Sedapal, los ministerios de Vivienda, Transportes, Cultura, y del Interior, entre otras instancias, que implementan proyectos sin ninguna coordinación con el municipio.

El caso del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento es particularmente grave. Acaba de anunciar la licitación en todo el país de 570.000 hectáreas de suelo para fines de expansión urbana. Lo que equivale, más o menos, a diez veces el tamaño de Lima.

Como no se puede habilitar tierras sin zonificación aprobada por el municipio provincial, probablemente se pretenda convalidar una zonificación de hecho.

También es verdad que los municipios son muchas veces una traba para el desarrollo urbano, más que un agente promotor. Pero la salida no es ?entonces, lo ignoro?.

Con la medida anunciada, la ciudad crecerá solo como un negocio para pocos y no como un beneficio para muchos. En el caso de Lima, que tendrá 1,5 millones de habitantes más en los próximos 10 años, se está preparando el Plan...

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