La consulta demagógica

Por Irma Montes Patiño. Consultora en conflictos socialesA casi dos años de la promulgación de la esperada Ley de Consulta Previa y su Reglamento, algo queda claro: es, quizá, la mayor expresión demagógica del gobierno humalista. Es un hecho que con esta ley se quiso dejar atrás la ?tesis del Perro del Hortelano?, del ex presidente Alan García, señalada ?exageradamente? de generar serios conflictos socioambientales, entre ellos, el lamentable Baguazo.Desde la promulgación de la Ley de Consulta, empero, no se ha realizado consulta alguna y ninguna podrá realizarse adecuadamente. Es una ley que ha creado falsas expectativas en la población, generado desconfianza entre inversionistas y una confusión sin precedentes entre los sectores involucrados y sus organismos: las funciones y competencias se superponen o contraponen. Incluso, el Ministerio de Cultura no tiene un listado de a quiénes se les debe consultar (ni qué). O, si lo tiene, no lo quiere publicar, que para el caso es lo mismo.El principal problema: es que no se ha avanzado nada en el ordenamiento territorial. Y sin ordenamiento territorial es imposible ?desde un punto de vista sostenible? implementar una consulta eficiente. Así la consulta previa deviene en herramienta inútil y perversamente demagógica, politizada y hasta de competencia desleal. Pongámoslo así, puede utilizarse tanto para enfrentar a las poblaciones con los inversionistas como para que las oenegés que manejan ingenuos dineros internacionales hostiguen proyectos de empresas formales en un afán de crear caos.Pasemos al fondo del asunto: ¿la consulta es ?previa? a qué? Consideramos que esta debería realizarse previamente a que el Estado concesione lotes de inversión estratégica. Y eso nuevamente requiere de un ordenamiento territorial adecuado: no se pueden seguir sobreponiendo áreas de conservación a lotes ya...

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