La condonación de la deuda estudiantil

AutorPaul Krugman

Estoy viendo la miniserie "She-Hulk", pues aunque no soy fan del género de superhéroes, después de "Orphan Black", veré cualquier cosa protagonizada por Tatiana Maslany. Su personaje es renuente a revelar sus superpoderes porque le preocupa (correctamente) que una vez que se sepa qué puede hacer, tendrá dificultades para pagar su deuda estudiantes.

No creo que los guionistas intentaran hacer una declaración política. Solo han reconocido la ubicuidad de la deuda estudiantil, y la ansiedad que provoca, en el país. Y esa omnipresencia es el motivo de que los ataques republicanos contra la política del presidente Biden de alivio de deuda, que ellos retratan como un dádiva para élites privilegiadas o para holgazanes despilfarradores, probablemente fracasen.

El Gobierno de Biden dice que su plan es brindar alivio a 43 millones de estadounidenses. Esa es mucha gente y no una pequeña y mimada élite. La oficina de la Reserva Federal (Fed) en Nueva York señala que más de 12 millones de estadounidenses treintañeros, más del 25% de ese grupo etario, aún mantiene impaga su deuda estudiantil.

Esto significa que incluso si uno está de acuerdo con la teoría sobre política de Trump, los únicos votantes que cuentan son los trabajadores que usan gorras de béisbol, habría que saber que algunos de ellos probablemente se endeudaron para asistir a institutos o universidades comunitarias, y que muy a menudo no obtuvieron nada a cambio, excepto deudas. Incluso entre quienes no se endeudaron, probablemente muchos tengan hijos, hermanos, primos o amigos que sí. Por eso, el plan de Biden impactará en muchos.

En suma, la condonación de la deuda estudiantil no es elitista, sino un asunto de amplio alcance, hasta se podría decir que es populista. Las encuestas iniciales muestran que la mayoría aprueba el plan, y que hay menos oposición entre blancos que no fueron a la universidad de lo que se podría esperar, dado que ese grupo desaprueba cualquier medida de Biden.

El otro vértice de la respuesta de la responsabilidad personal, retrasar a los beneficiarios como reinas de la beneficencia. Pero los esfuerzos republicanos en ese frente han sido muy desatinados. Teniendo en cuenta principios políticos generales, no parece inteligente decirles a decenas de millones de estadounidenses que son ociosos e irresponsables, según el senador Ted Cruz, son "baristas flojos" que desperdiciaron años "estudiando cosas completamente inútiles".

Siendo brutalmente honesto, ese tipo de...

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