Cocineros de fuego ejemplar

Por Raúl Castro. Periodista y antropólogo

El muy sentido fallecimiento de los cuatro cocineros que viajaban de Lima a Ayacucho, a donde se dirigían para experimentar con inexplorados frutos andinos e intercambiar conocimientos, pone de manifiesto, más que nunca, el gravitante rol que cumplen los chefs hoy en día en nuestra sociedad, sea como referentes sociales, o como modelos de comportamiento para las nuevas generaciones.

Y es que la profunda pena y el duelo nacional que la partida de estos cuatro creativos ha generado expresan no solo el inmenso aprecio que los peruanos podemos guardar sobre sus calidades humanas, sino, también, el reconocimiento que le damos a su inventiva, a sus capacidades de gestores culturales, y a su carácter ejemplar como emprendedores en una ciudad que está rehaciendo su identidad alrededor de las misturas de la cocina.

Iván Kisic, embajador de la Marca Perú, dejó la ingeniería de sistemas para dedicar su vida a innovar, con actitud visionaria, las cartas y los menús de importantes restaurantes de Lima, como Cala y La 73. Estudió en prestigiosas escuelas del exterior, pero volvió al país, humilde, dispuesto a reaprender de nuestra propia historia ancestral. Aquí, focalizó en los insumos nativos, e indagó con la papa, la cañihua, o la oca, en los nuevos lenguajes que estos productos están listos para dar.

Como sus compañeros, disfrutaba viajar y explorar en nuestras raíces para trazar luego, con sus hallazgos, los nuevos rasgos de la cocina y la cultura peruana del futuro.

Jason Nanka y Lorena Valdivia constituían una pareja que encarnaba este mismo concepto. Ellos mismos eran un crisol intercultural: él australiano de origen croata, ella, limeña de pura cepa, dieron vida...

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