El caparazón de las tortugas guarda el secreto de su longevidad

Con 190 años, Jonathan, la tortuga gigante de las Seychelles, fue noticia hace unos meses por ser el animal terrestre vivo más viejo del mundo. ¿Pero por qué duran tanto estos reptiles? ¿Cómo es su proceso de envejecimiento? ¿Es muy distinto al nuestro? Dos nuevos estudios ahondan en estas cuestiones.Los rasgos químicos o físicos ?como armaduras o caparazones? y la capacidad para desactivar la senescencia [proceso gradual de deterioro celular y de las funciones corporales] podrían estar detrás de esta longevidad en muchas especies de tortugas, incluidos galápagos, concluyen sendos artículos publicados en la revista ?Science?.Uno de estos estudios está liderado por la Universidad del Sur de Dinamarca y se centra en el proceso de senescencia.En contra de las teorías generalizadas sobre envejecimiento, el equipo demuestra que muchas especies de tortugas y galápagos han encontrado una forma de ralentizar o incluso desactivar completamente la senescencia, es decir, evitar el riesgo creciente de muerte por deterioro gradual con la edad.?Patrón particular?Las conclusiones del trabajo, realizado en tortugas de zoológicos y acuarios, ponen de manifiesto que la senescencia no es inevitable para todos los organismos, asegura la bióloga Rita da Silva en una nota de la universidad.El estudio constata que el patrón de envejecimiento en estos animales no se asemeja al de los humanos u otros animales: la mayoría de ellas envejece más lentamente y, en algunos casos, su senescencia es...

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