La apuesta por un mejor transporte

Por Rolando Chumpitazi. Editor de Lima

Tras unos días en los que no dejó de hablar, Julio Raurau ha estado un poco más tranquilo en los últimos siete días, los primeros desde que el pasado lunes 2 se iniciara la tan esperada, y necesaria, reforma del transporte en la capital.

Al igual que Raurau, otros también han estado callados en esta primera semana. Siete días después, aún no hay muchas cifras sobre unidades multadas o sorprendidas infringiendo las normas. La Gerencia de Transporte Urbano (GTU) no se ha pronunciado todavía. Es más, su jefa, la guapa María Jara, en una entrevista dominical publicada en ?La República?, tampoco dio mayores detalles de las infracciones aplicadas.

Es posible que mañana haya cifras de la GTU. Sin embargo, más allá de estas, lo importante es que la revolución del transporte sea percibida, sentida y disfrutada por todos los usuarios. Como usuario diario del sistema, no veo cambios mayores. Los cobradores siguen gritando colgados del estribo, la radio de las combis sigue sonando a volumen que a tempranas horas termina de despertar hasta al más aletargado de los pasajeros, y las carreritas siguen dominando el asfalto. Eso es lo que veo en mi recorrido por las avenidas Canevaro y Canadá y, en menor medida, por Javier Prado.

No he visto en esta semana los chalecos amarillos de los inspectores de tránsito fiscalizando los cambios. Solo a las mujeres policías de Tránsito de siempre, que, silbato en mano, hacen lo que pueden por hacer fluido el tránsito. Aunque a veces, también lo complican.

María Jara se queja porque la policía no la ayuda y contradice los acuerdos. Es...

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