Alcoholismo tributario

Por AbogadoHace unos años (el 2 de junio del 2012) publiqué en este espacio la historia de Juanito el borracho. Juanito es alcohólico. Todo lo que gana se lo gasta en trago. Desatiende a su familia para alimentar su vicio. Su sueldo es pagado por los vecinos, quienes contribuyen a su manutención. Pero además, por una extraña circunstancia, Juanito tiene una facultad especial: puede fijar su propio sueldo. Él lo fija, otros lo pagan. ¿Se imagina el resultado? Una vez que se revienta el sueldo en alcohol, acto seguido se sube el sueldo y sigue bebiendo. Juanito es, literalmente, un barril sin fondo. Y lo es a costa de los bolsillos de sus vecinos. El poder de fijar su propio sueldo exacerba su adicción. Posiblemente la historia le suene conocida. Está en las primeras planas. Juanito es el Estado que sube el Impuesto Selectivo al Consumo (se fija su propio sueldo) para seguir invirtiéndolo en su vicio (gastar y gastar mal). Es muy curioso el argumento que ha usado el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para justificar la inversión en su vicio. Nos ha dicho, por ejemplo, que sube el impuesto a las bebidas alcohólicas o a las bebidas azucaradas para ?evitar externalidades?. Voy a tratar de poner en simple su argumento. Para el MEF, quienes consumen alcohol o bebidas con azúcar sufren un costo causado por los fabricantes. El Estado es un ?padre bondadoso? que va a proteger a los consumidores de su propia estupidez. Al subir el impuesto hace más caro el consumo y, por aplicación de la ley de la oferta y la demanda, la cantidad demandada de esos productos va a caer. El Estado nos está salvando del daño que nos causan las empresas. Fin del argumento. El MEF llama a eso ?evitar una externalidad?. Su argumento tiene dos problemas. El primero es conceptual. El segundo es que lo que dice es simplemente una mentira. Vayamos al primero. Una externalidad es un costo que alguien le genera a otro sin su consentimiento. Si una fábrica contamina a los vecinos y como consecuencia estos sufren enfermedades, la actividad de la fábrica impone un costo a quienes no lo han aceptado. Otro nombre de externalidad es el de ?costo no contratado?, es decir, cuando uno sufre un costo no consentido. Pero si usted compra una gaseosa con azúcar y...

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