Sin argumentos para el milagro

Por Guillermo Oshiro. PeriodistaA diferencia de los partidos anteriores fuera de casa, esta vez el plan de Markarián fue otro: le cedió la posesión del balón a Venezuela para esperar el contragolpe, ese estilo de juego tan reclamado que muchos resultados cosechó en la Copa América.Con Pizarro como único hombre en punta, la idea era que Lobatón y Cruzado sean lanzadores para el tránsito rápido a campo contrario. Explotar la velocidad de Hurtado y Carrillo por las bandas era un recurso válido. En cierta forma, pese a la poca contención en mediocampo ?lo de Retamoso fue un trabajo solitario?, lo planificado resultó en los primeros 45? porque Fernández puso sus manos salvadoras y porque un error permitió el gol...

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