La vuelta al mundo sin usar combustible

Por tomás ungerEl avión solar de Bertrand Piccard y André Borschberg ha llegado a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), completando la vuelta al mundo iniciada el 9 de marzo del 2015. Aunque tomó 16 meses en 17 etapas, es una hazaña notable. El Solar Impulse II no ha consumido ni una sola gota de combustible, volando de noche con energía sobrante de la que lo propulsó de día. La hazaña de los aviadores suizos cumplió su misión demostrando el potencial de la energía solar.Las 17.248 celdas fotoeléctricas de sus alas de 72 metros de largo y 270 m2 convirtieron la energía solar en eléctrica almacenando la sobrante en baterías. A pesar de tener más envergadura de alas que un Jumbo 747 ?que tiene 68,5 metros, más de 400 mil HP y pesa 300 toneladas? el Solar Impulse II solo cuenta con 8 HP y pesa 2,3 toneladas.?La travesía?El Solar Impulse II ha batido el récord de vuelo de un solo piloto cuando André Borschberg cruzó el Océano Pacífico entre Nagoya (Japón) y Kalaeloa (Hawái, EE.UU.), con un recorrido de 8.924 kilómetros en 4 días, 21 horas y 52 minutos, a un promedio de 66,6 kilómetros por hora y llegando hasta 8.600 metros de altura. El vuelo fue programado para llevarse a cabo en el hemisferio norte durante la primavera y el verano, aprovechando así el máximo de horas de sol en junio del 2015 para cruzar el Pacífico, y en junio del 2016 el Atlántico. El cruce de 6.265 kilómetros entre Nueva York y Sevilla (España), de 71 horas y 8 minutos, lo hizo Piccard. Otra ventaja del hemisferio norte son los vientos que soplan hacia el este y el ?jet stream? (corriente en chorro) que a grandes alturas permite ocasionalmente duplicar la velocidad del avión. Sujetas a las variaciones del clima, las etapas tuvieron que ajustarse a los pronósticos del tiempo para aprovechar los vientos y evitar tormentas.?El vuelo?Como era previsto, cada etapa se sometió a las condiciones climáticas. El cruce del Pacífico había sido planeado desde China, pero un cambio de baterías coincidió con un cambio climático y se añadió una etapa de Nanjing a Nagoya. Para permanecer casi 5 días en la cabina, Broschberg tuvo que implementar un sistema de alerta. Los períodos de sueño se limitaron a 20 minutos, con un sistema para proveer oxígeno y mantener la temperatura a grandes alturas. Además del avión y las baterías, la cabina del Solar Impulse II es un logro tecnológico. Las necesidades del piloto, así como mantener la temperatura y comunicación con el control de vuelo, requieren...

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