¿Voceros o mandaderos en campaña?

Por Analista políticoLea mañana en Política a Diana Seminario El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. A solo veinte días de la elección de segunda vuelta, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski deben resolver uno de los problemas más críticos de su campaña electoral, aquel ligado a la suerte de vivir entre el mejor acierto y el peor error de cada día.Se trata de qué hacer con sus voceros y mandaderos; y lo que es peor: qué hacer con los voceros convertidos en mandaderos y con los mandaderos que pretenden convertirse en voceros: unos y otros volcados en el intenso ?hacer? de afuera y muy poco en el calmado ?pensar? de adentro.Hay una primera común equivocación: la de creer que el vocero elegido o convocado, para ser la cara y representación del candidato o candidata y de paso la carta parlamentaria o ministerial del futuro, puede ser también el mandadero y pugilista verbal de turno para disparar adjetivos calificativos contra el adversario o la adversaria.Así como al vocero no le gusta que lo saquen de su papel real, que consiste, de la mano del candidato o candidata presidencial, en interpretar estrategias, construir mensajes, hacerlos claros y transmitirlos bien, el mandadero, sumido en su trabajo de correveidile en los medios, redes sociales y la calle, se siente perdido cada vez que tiene que elucubrar ideas políticas de fondo en un panel de televisión o radio.La vocería política debe ejercerse con inteligencia, ideas, representación honesta, tolerancia y respeto por los demás. Es fuente natural y enriquecedora de propuestas, debates y alternativas. La mayordomía política es otra cosa. Es fuente vertical e...

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