Sobre vivir con altura.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Un comunero de las alturas de Huancavelica tiene patrones culturales distintos a los de un estudiante sanmarquino. Ninguno es mejor ni peor. Las diferencias culturales, tan enormes a veces, hacen del Perú un collage de manifestaciones artísticas. Pero la cultura no es uniforme en ninguna parte del mundo. Un poema de Rilke es diferente a un mito ayacuchano. Cada uno con sus características específicas, es un puente para evitar el golpe al que se enfrenta el hombre moderno: el vacío de la existencia.

Vargas Llosa afirma que la cultura agoniza, que el hombre no ha podido superar el gran vacío de la vida frente a la muerte. El capitalismo ha destruido la cultura: hoy los precios los pone el sistema. El mundo contemporáneo impone que la cultura debe recorrer el camino del éxito, de la producción económica, de las masas. Si un producto no vende, no es considerado cultura. La industria del entretenimiento, el monstruo que nació después de la Segunda Guerra Mundial, es la madre del cáncer que carcome a la cultura. Es el precio a expensas de la calidad.

En las alturas de Arequipa, los hombres trabajan el agua...

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