Violada dos veces

Por pedroOrtiz BissoEl Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta. A una terramoza la violan el piloto y el copiloto del bus donde trabajaba. Ella los denuncia, la policía los atrapa, pero la fiscal aduce falta de jurisdicción y los criminales quedan libres.¿No es el nuestro un país surrealista, un mal sueño que nunca termina, el vergonzoso imperio de la insensibilidad y la estupidez?Ser una mujer víctima de la violencia en el Perú es estar condenada a muchas cosas: al sufrimiento, al oprobio, a la impotencia, al olvido. Y acaso a algo peor: la insensatez. Esa pobre mujer ha sido vejada dos veces. Primero por esa pareja de salvajes que suponía sus compañeros, a quienes probablemente les tenía cierta confianza, la cual fue traicionada con tamaña vileza. Luego por el Estado, que a través de su sistema de justicia es incapaz de ponerse en sus zapatos y defenderla. ¿Cuesta mucho imaginar lo que representa una violación y sus terribles consecuencias físicas y psicológicas? La vida da un giro dramático, sin retorno. Supone un recuerdo doloroso que la acompañará por el resto de su vida.¿Cómo no brindarle a la víctima el sostén y los argumentos legales necesarios que le permitan defenderse? La insensibilidad mostrada por la fiscalía es insana, casi patológica.No ha sido este, sin embargo, el único caso ocurrido esta semana que debería hacernos reflexionar sobre a dónde diablos está yendo nuestra sociedad.Un amasijo de...

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