La vida dentro de un tanque de agua abandonado

Por Fernando González-Olaechea TManuel lo recuerda con gracia: ?Acá estaba mi cama?. Apunta a un cubículo de madera con un baño dentro, junto a lo que es un comedor. Como él, su ?casa? ha cambiado con los años. Ahora tiene tres ambientes: uno para las camas, otro para la sala y otro más para el baño, el comedor y la cocina. Manuel vive dentro de la torre de un tanque de agua abandonado en el Callao.Nadie sabe bien qué pasó con El Tanque, como se lo conoce, una enorme mole de concreto que, además de reservorio, albergaba hace unos 20 años oficinas de Sedapal y en donde hoy, junto a Manuel, viven otras cuatro familias. Solo se sabe que está ahí, habitado y sin ninguna garantía para sus vecinos: prueba de ello son las grietas en las paredes y la puerta de ingreso que cualquiera puede abrir. Es la ruina de lo que fue, alzado en el cruce de las calles Saloom y Carrillo de Albornoz, junto al asentamiento humano Alan García. Es una de las zonas chalacas más peligrosas: los Barracones.A unos 200 metros de allí está la orilla del mar. Esa zona es uno de los diez puntos identificados por la municipalidad chalaca donde se arroja clandestinamente desmonte que proviene, en gran medida, del ?boom? inmobiliario. En una ciudad en la que se construyen cada vez más viviendas ?Scotiabank estimó hace tres meses que el sector inmobiliario crecerá este año un 6%?, Manuel Armas y sus vecinos se las arreglan como pueden dentro. El Tanque es un testimonio del olvido.Manuel llegó allí hace 18 años. Tenía...

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